Empresas y finanzas

Los loteros calculan que el impuesto ha costado 1.850 millones en ventas

  • La red de Selae reclama a Montoro la supresión del 20% sobre grandes premios

Lourdes Miyar

La supresión del impuesto sobre los grandes premios de la lotería sigue siendo uno de los objetivos principales de las distintas asociaciones de la red de ventas de Selae (Sociedad Estatal de Apuestas del Estado).

El pasado 21 de mayo, tras dos semanas de campaña entre sus asociados, representantes de Anapal (Agrupación Nacional de Asociaciones Provinciales de Administradores de Lotería) y Fenamix (Federación Nacional de Receptores Mixtos) entregaron en el Ministerio de Hacienda las 210.000 firmas recogidas pidiendo la retirada del gravamen.

Con las firmas se acompañaba una carta dirigida al titular del Ministerio, Cristóbal Montoro, en la que se aseguraba que la implantación del impuesto ha provocado, teniendo en cuenta la tendencia de los años anteriores, perder alrededor del 20% de mercado, lo que supone 1.850 millones de euros en ventas. "Unos 600 millones de euros menos para Hacienda".

Así es este gravamen

Montoro anunció en noviembre de 2012 un nuevo impuesto para 2013, de carácter temporal, que gravaría con un 20% los premios mayores de 2.500 euros de los sorteos nacionales, lo que afecta a Selae y ONCE, entre otros. Por entonces, el ministro anunció que el objetivo era recaudar unos 824 millones anuales. Sin embargo, este cálculo fue muy optimista ya que para alcanzar esa cifra necesitó no un año, sino 25 meses.

Ahora, las asociaciones insisten en que la existencia del impuesto sigue penalizando las ventas. Así, en la carta se recuerda que en el primer año de existencia del tributo la facturación cayó el 7,9%, mientras el descenso acumulado de los cuatro años anteriores había sido del 7%. Este año, se recalca en la carta, con PIB positivo "y con estadísticas que apuntan a que el pequeño comercio en 2015 ha crecido el 2,4% en ventas, nosotros seguimos cayendo".

También se recuerda al ministro que en otros países europeos "con mercados de juego potentes, como Reino Unido, Alemania o Francia, no se castigan a sus juegos del Estado con este dogal".

Desde Anapal, el presidente Manuel Izquierdo, recuerda que antes de la implantación del impuesto se enviaron a Hacienda estudios que calculaban que bajando en 5 puntos la parte de los distintos sorteos y juegos destinado a premios el Estado se aseguraba una recaudación extra anual de 800 millones. "Hubiera sido una forma menos agresiva y que no hubiera levantado el malestar que ocasionó", asegura.

También desde Fenamix, su presidente Toni Castellano, muestra su total oposición a la existencia del gravamen y comparte la opinión de Anapal de que no se hubiera dañado las ventas si se hubiera optado por rebajar el porcentaje destinado a premios. Los dos objetivos que se marca esta asociación para los próximos meses es conseguir la implantación de las apuestas cotizadas y lograr que desaparezca el impuesto a los grandes premios.

Desde Pidal (Plataforma Independiente de Administradores de Lotería), la presidenta Paloma de Marco también aboga por la desaparición de un tributo que castiga la evolución de las ventas y que constituye "un impuesto sobre otro impuesto".