Empresas y finanzas
Una empresa de Luxemburgo y otra griega suman un tercio del tabaco ilícito
- La Olaf sospecha de Van Landewyck y Karelia
H. Van Landewyck y Karelia, una tabaquera de Luxemburgo y otra de Grecia, son según los datos que maneja la industria las empresas que acaparan un mayor porcentaje del tabaco de contrabando que se vende en España. Entre ambas suman casi un tercio del mercado, procedente fundamentalmente de Gibraltar, según un estudio que realiza la consultora Ipsos de forma bianual, por encargo del propio sector.
H. Van Landewyck, propietaria de enseñas como Elyxir, Austin o Ducal, acapara el 22,1 por ciento del tabaco ilícito mientras que la griega Karelia Tobacco, dueña de American Legend, tiene otro 7,4 por ciento. A continuación se situaría la chipriota Explosal, que gestiona la marca Raquel, con otro 6,6 por ciento, aunque en este caso el tráfico ilícito no procedería del Peñón, sino de las Islas Canarias, que tiene una fiscalidad propia, mucho más favorable, lo que permite también la venta de cigarrillos más baratos.
De acuerdo con las estimaciones de la industria, entre la luxemburguesa y la griega se han hecho en los últimos tres años con más del 40 por ciento del tabaco que se vende en Gibraltar, pero que se destina luego al contrabando para su consumo en España sin pagar aquí los impuestos correspondientes.
Olaf, la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude, ha estado siguiendo muy de cerca sus movimientos y tiene sospechas fundadas de su participación en el presunto fraude.
Fuera del mercado legal
Las fuentes consultadas por este periódico resaltan que "mientras que estas empresas tienen una participación muy alta entre las cajetillas sin precinto fiscal encontradas en España, su participación en el mercado legal es prácticamente inexistente". En el mercado, a sus marcas se las denomina ya de hecho como las ilicit whites.
"Son marcas que se producen y se importan de forma completamente legal, pero que están destinadas luego de forma exclusiva al contrabando", aseguran en la industria. En el sector hay quien apunta incluso que la participación real en el mercado, sobre todo en el caso de Karelia, podría ser mucho mayor.
H. Van Landwyck operaba hasta 2011 con un distribuidor, pero desde entonces constituyó una sociedad propia en España e incluso pidió su entrada en la patronal, a la que acabó incorporándose. Frente a la fuerte presencia que tiene en el tabaco ilícito, la compañía declaró en 2012, su primer ejercicio completo, unos ingresos de tan sólo 3,2 millones de euros y un beneficio de 105.040 euros. De acuerdo con un informe elaborado por KPMG para la industria, cada año introduce en España 1.300 millones de cigarrillos, sobre un total de 4.400 millones de cigarrillos. Karelia opera con un distribuidor y Explosal ni siquiera tiene registradas sus marcas en el Comisionado del Mercado de Tabacos (CMT), un paso obligatorio para poder llegar a los estancos. Al contrario de las cuatro grandes tabaqueras -Philip Morris, Imperial, Japan Tobacco International (JTI) y British American Tobacco (BAT)-, ninguna de las fabricantes de ilicit whites ha firmado un convenio con Olaf para comprometerse a luchar contra el contrabando, lo que hace que las sospechas vayan en aumento.
Posible pérdida de licencia
Hacienda, de hecho, está ya investigándolas e incluso ha amenazado con retirar la licencia a aquellas tabaqueras que no cumplan con la llamada due dilligence (diligencia debida), un compromiso por parte de las empresas de no vender en mercados como el de Gibraltar o Andorra mucho más tabaco del que se consume en realidad.
En el estudio de Ipsos sobre cajetillas sin precinto figuran también Philip Morris, la dueña de Marlboro y Chesterfield, con una participación del 26,1 por ciento y JTI, propietaria de Winston, con otro 22,4 por ciento, pero en este caso la situación es distinta. Hay que tener en cuenta que esas participaciones son parecidas a las que tienen en el mercado legal y que son las que más compran los turistas.