Eurogrupo y BCE endurecen petición moderación salarial ante avance inflación
El presidente del Eurogrupo, el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, dejó claro que la subida pactada la semana pasada en Alemania para los funcionarios del sector servicios, de casi el 8% entre 2008 y 2009, "no debe servir de ejemplo" para ningún otro Estado miembro y recordó que los trabajadores alemanes han vivido varios años de congelación salarial.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, fue más allá al subrayar que los países que quieran imitar a Alemania "están totalmente equivocados" y exigió a todos los Gobiernos de la zona euro "sin excepción" que contengan el avance de los costes laborales.
Trichet incidió en que la estabilidad de precios es esencial para preservar el crecimiento económico y la creación de empleo y aseguró que beneficia sobre todo a los más desfavorecidos, aquellos "que no pueden defenderse solos".
En la misma línea Juncker hizo hincapié en que la inflación perjudica especialmente a los pobres -"no a los multimillonarios ni a los mandatarios como nosotros", recalcó-, por lo que la lucha por la estabilidad de precios es una "lucha social".
Tanto Juncker como Trichet trataron, con estos argumentos, de responder a las demandas de los sindicatos, que mañana han convocado una manifestación a nivel europeo en Ljubljana para denunciar la creciente precariedad de las rentas salariales y exigir aumentos que compensen la aceleración de los precios.
Ambos se mostraron en contra de indexar los salarios al IPC -mediante cláusulas de revisión, como las incluidas en la mayoría de convenios colectivos en España- y reiteraron que los sueldos deben vincularse exclusivamente a la productividad.
Desde la Comisión Europea, el responsable de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, reconoció que, dada la evolución reciente de los precios, Bruselas se verá obligada a revisar al alza sus previsiones para el conjunto del año.
El Ejecutivo de la UE predijo en febrero que el IPC Armonizado se situaría en diciembre en el 2,6%, pero en marzo ya alcanzó, según el indicador adelantado de Eurostat, el 3,5%.
Este repunte se debió, principalmente, al encarecimiento del crudo y los alimentos, pero Almunia apuntó también a las subidas de los impuestos indirectos y precios administrados adoptadas en varios países e incluso a algunas políticas fiscales procíclicas.
"En general no se han producido efectos de segunda ronda" de la inflación, aseveró el comisario, pero advirtió de que, si se avanza por esa línea, se estará impulsando una "espiral inflacionista".
El comisario recurrió a la receta habitual propuesta por Bruselas, que incluye, además de moderación salarial, una apuesta decidida por el saneamiento presupuestario, introducción de más competencia en los mercados y evitar subidas de precios administrados e impuestos indirectos.
En cuanto al efecto de la crisis financiera en Europa, tanto Almunia como Juncker reiteraron que, aunque ya se está dejando notar, no hay riesgo alguno de recesión, gracias a los buenos fundamentos de nuestra economía.
Destacaron que se mantiene el crecimiento, aunque con cierta moderación, y persiste la creación de empleo.
Ante el aumento de los riesgos, "estamos preocupados, pero no pesimistas", concluyó el comisario. EFECOM
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