Empresas y finanzas

El testaferro de Díaz Ferrán sumó en cinco años una fortuna de 200 millones

  • De Cabo hizo su patrimonio con la quiebra de compañías como Marsans o Rumasa
  • "Tengo en nómina a jueces y administradores concursales", presumía
Gerardo Díaz-Ferrán, expresidente de CEOE. <i>Imagen: archivo</i>


"Yo soy una rata de los juzgados. Tengo en nómina a jueces y administradores concursales. Sólo hace falta saber que es lo que les gusta -los chicos, las chicas, la coca o lo que sea-, si lo descubres ya los tienes pillados". Según cuenta Joaquín Yvancos, abogado de Rumasa durante los últimos 30 años, este era el mensaje con el que se presentaba ante sus clientes Ángel de Cabo, presunto testaferro de Gerardo Díaz Ferrán y de José María Ruiz-Mateos.

Y bancos ha llevado ante la Policía Nacional documentos aportados por antiguos colaboradores del empresario valenciano, experto en liquidación de empresas, que demostrarían las prácticas ilícitas. "Presumía de llevar a cabo prácticas de soborno y extorsión para asegurarse el apoyo necesario. Contrataba a detectives y elaborado dossiers sobre quien hiciera falta", explica el letrado.

Fuentes del Ministerio Fiscal han confirmado a elEconomista que, al margen de investigar los posibles sobornos en el Grupo Marsans, se está analizando también si hubo una posible negligencia por parte del juzgado de lo mercantil número 12 de Madrid al no sustituir a los administradores concursales e impedir el vaciamiento patrimonial de la sociedad. Sobre todo, después de que nada más hacerse con la compañía ya se denunciara que había desaparecido el dinero de la venta de la filial brasileña del grupo.

Patrimonio

Aunque lleva dedicándose a ello desde hace una década, según aseguran fuentes próximas a la investigación, es en los últimos cinco años, a raíz de la crisis económica, cuando Ángel de Cabo ha podido materializar más negocios, acumulando una fortuna próxima a los 200 millones de euros.

Empezó como fontanero y ha asumido la gestión o liquidación de compañías como la sevillana Construcciones Azagra, Omega, Urbacivil, Vías Canales y Puertos, Teconsa, Nueva Rumasa o Viajes Marsans. El gran salto lo dio en septiembre de 2009 cuando adquirió Teconsa al empresario leonés José Martínez Núñez. La constructora llegó a facturar 420 millones de euros y a tener una plantilla de 1.000 trabajadores, pero acabó ligada a la Operación Gürtel y poco a poco se fue hundiendo.

En 2010 adquirió Marsans y en 2011 repitió la operación con Nueva Rumasa tras alcanzar un pacto con los hijos de José María Ruiz-Mateos. La promesa era siempre la misma. Ofrecía a los empresarios, agobiados por las deudas, el 80% de lo que lograra evadir y se quedaba con el resto.

De acuerdo con el auto del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, tan sólo con Marsans habría conseguido evadir 50 millones de euros mediante una red de sociedades pantalla en Suiza, Liechtenstein, Chipre, Malta y Hong Kong. Todas ellas habrían sido creadas por el fiscalista Rafael Tormo, contratado tras la compra de Rumasa y que está ahora colaborando con la justicia en el esclarecimiento de la trama. Fuentes próximas a la investigación aseguran, no obstante, que De Cabo podría haber obtenido finalmente mucho más dinero con el grupo turístico.

No en vano, según un informe preparado por su mano derecha, Iván Losada, Díaz Ferrán tenía activos pendientes de blanqueo por un importe de 139 millones.

De Cabo no se fiaba prácticamente de nadie e intentaba tener casi todo el dinero en efectivo o cheques. La Policía encontró en casa de su secretaria, Susana Mora, un millón en efectivo, pero se sospecha que podría haber oculto aún más.

Ybancos asegura, basándose en los documentos de los excolaboradores de De Cabo, que "están apareciendo nuevos testaferros, como los hermanos Esther y Luis Martin Palomino, de los que Ángel de Cabo fue socio en la sociedad Mesa y Confort".

Un tiburón de los negocios

Nacido en Suiza en 1967 -es hijo de unos emigrantes valencianos- Ángel de Cabo soñaba con emular a Edward Lewis, el tiburón de los negocios que interpretaba Richard Gere en la película Pretty Woman.

Con todo tipo de prácticas, tanto legales como ilegales, con 200 empleados y como administrador único de Aszendia Asociados, tenía una lujosa mansión en las afueras de Valencia, en la urbanización El Bosque; coches de lujo -un Porsche, un Mercedes, un Lamborghini y un Rolls Royce Phantom, que compró a Díaz Ferrán y que está valorado en 500.000 euros- además de propiedades tanto en España como en el extranjero. La Fiscalía Anticorrupción está investigando, por ejemplo, activos en Suramérica, especialmente en países como Perú o Colombia.

En el auto, el juez Velasco explica que "de todo el complejo entramado societario de De Cabo destacan sus dos empresas patrimoniales Esser Internacional 21 (titular de bienes inmuebles de carácter personal) e Inversiones Real Xatur (aglutinaba los inmuebles industriales).

El 90% de la primera pertenece a María Consuelo Garrido Ortiz, la esposa del liquidador, y el 10% restante a Teodoro Garrido Ortiz, hermano de ésta y cuñado de De Cabo. El socio único de Inversiones Real Xatur es Proezza Grupo Inversor, cuyo socio único es a su vez Esser Internacional 21. Otro de los que también habría acumulado una pequeña fortuna es Iván Losada, el principal ejecutivo de De Cabo, que tenía un salario de medio millón al año, al margen de un porcentaje de los beneficios. Ahora, ambos están en prisión.