Empresas y finanzas

Barceló estudia acciones legales contra la compra de Orizonia por Globalia

  • IGC vetó la operación con el grupo hotelero mallorquín


Globalia cerró este fin de semana la compra de Orizonia por 60 millones de euros, lo que ha desatado las iras del grupo Barceló. Los hoteleros mallorquines están dispuestos a exigir una compensación por la ruptura del acuerdo de compra de Orizonia, pero todavía no han concretado si acudirán a los tribunales o exigirán algún tipo de compensación por la ruptura del acuerdo firmado el pasado 3 de diciembre, tal y como explicaron a este diario.

La venta de Orizonia se ha convertido en la operación del gato y el ratón. Primero se anunció un acuerdo de compra con Barceló, que días después rompió las negociaciones para exigir una rebaja de 60 a 40 millones en el precio de compra y una reducción en la asunción de deuda planteada.

Finalmente, los dos grupos alcanzaron un acuerdo que pocos días después ha vuelto a romperse tras el veto de ICG -accionista de Orizonia con un 5% del capital y financiador del grupo-, lo que provocó un cambio de pareja de baile con la entrada de Globalia, que desembolsará 60 millones -es decir los 20 millones más que Barceló no quiso pagar- y asumirá una cantidad de deuda que no ha sido facilitada.

Consecuencias de la ruptura

Barceló tiene claras las consecuencias de esta ruptura y adelanta que se producirá un ajuste de empleo por las duplicidades existentes entre Globalia y Orizonia, principalmente, en las agencias de viaje y la labor de touroperador.

El grupo que preside Juan José Hidalgo, está en estos momentos en un ERE en su aerolínea Air Europa y ahora afronta esta operación de compra. Ademas, Vibo Viajes -la antigua Viajes Iberia- es la única empresa que aún no ha realizado ajustes, a diferencia del resto de sus principales competidores, empresas como Viajes El Corte Inglés, Halcón, Ecuador o Barceló Viajes.

El grupo hotelero mallorquín alerta también de que prevén que el proceso ante las autoridades de la Competencia se complique para lograr la preceptiva autorización, un proceso que "será largo y difícil, abriéndose un periodo de incertidumbre negativo para Orizonia y para el sector turístico".

La operación tendrá que ser analizada concretamente en el número de agencias de viajes -cada uno de los compradores tiene más de 1.000 oficinas- y la reducción del número de touroperadores.

Además, la flota de aviones del nuevo grupo tambien crecerá con los que aporte Orbest.

Barceló agradeció el apoyo recibido de los bancos acreedores de la negociación y quiso dejar clara que el veto se había producido por parte de un solo accionista.