Empresas y finanzas

Romney visita un restaurante de un narco condenado en Miami



    MIAMI (Reuters) - Una parada de campaña del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Mitt Romney, se realizó el lunes en un restaurante en Miami propiedad de un narcotraficante condenado.

    Romney, que espera recibir el respaldo de la comunidad cubano estadounidense en Miami, realizó el evento en El Palacio de los Jugos, famoso por sus jugos tropicales, frutas y comida de estilo cubano.

    Documentos de un tribunal muestran que el dueño del restaurante, Reinaldo Bermúdez, se declaró culpable en 1997 de un cargo de conspiración para distribuir cocaína. El caso en la corte federal de Miami terminó con una condena de tres años en prisión para Bermúdez.

    Su declaración fue parte de un caso de conspiración de narcotráfico que involucró a otros 11 sospechosos con alias que incluían "Fat Boy", "Alí Babá", "Skeletor", "Mogley" y "Buckwheat".

    El pasado criminal de Bermúdez fue publicado inicialmente por el sitio en Internet del diario New Times de Miami. Dijo que los cargos se derivaban de una conspiración que involucró más de una tonelada de cocaína introducida desde Trinidad a puertos del sur de Florida.

    No fue posible contactar inmediatamente con Bermúdez para que realizara comentarios y funcionarios de la campaña de Romney no respondieron a las llamadas.

    La información del New Times citó a Bermúdez diciendo que el Servicio Secreto investigó todo sobre él cuando la campaña le pidió usar su restaurante, uno de varios que posee en el condado de Miami-Dade.

    "Ellos sabían sobre mis antecedentes", dijo Bermúdez al New Times. "El Servicio Secreto revisó todo. (La condena) no fue un problema. Todos merecen una segunda oportunidad", agregó.

    Como un criminal convicto en Florida, Bermúdez no puede votar en las elecciones presidenciales del 6 de noviembre.

    La elección del Palacio de los Jugos fue una sorpresa para muchos veteranos políticos en Miami.

    Los candidatos republicanos tradicionalmente han escogido lugares más establecidos en el corazón de la comunidad cubana exiliada, especialmente el café y restaurante Versailles en el barrio Pequeña Habana de la ciudad.