Empresas y finanzas

Florentino Pérez claudica: la banca le fuerza a vender el 3,7% de Iberdrola



    La constructora colocará los títulos hoy con unas minusvalías que superarán los 702 millonesUBS y SG amenazaron con ejecutarle el crédito y la compañía decidió vender las acciones.

    El presidente de ACS, Florentino Pérez, ha tenido que claudicar. El elevado endeudamiento de la compañía de servicios, así como el fuerte retroceso de la cotización de Iberdrola, le habían colocado en un escenario de alto riesgo para la banca que no ha querido seguir jugando a la ruleta rusa, tal y como adelantó elEconomista, y le ha forzado a reducir su presencia en la eléctrica presidida por Ignacio Galán con una amenaza de ejecución.

    ACS anunció ayer a última hora de la tarde la decisión de iniciar, a través de UBS y de Société Générale, un proceso de colocación acelerada (accelerated bookbuilding) entre inversores profesionales y cualificados, tanto residentes en España como en el extranjero, de un paquete de acciones de Iberdrola, representativas de aproximadamente un 3,69% de su capital.

    La colocación se prevé que tendrá una duración no superior a un día hábil y durante el mismo los bancos colocadores harán las habituales labores de difusión y de promoción de la colocación a fin de obtener indicaciones de interés o propuestas de adquisición por parte de potenciales inversores.

    La constructora además explica que terminado el periodo de prospección de la demanda, ACS, de una parte, y UBS y Société Générale, de otra, decidirán, atendiendo al resultado de la misma, el precio de venta de las acciones, de lo cual se informará al mercado.

    Fuentes consultadas por elEconomista aseguraron que la operación se estaba planteando con un descuento de entre el 3 y el 5%. Esta situación supondría que, como poco, ACS tendrá que asumir unas minusvalías de 702 millones. La constructora tenía la participación en Iberdrola a un precio medio de 7,1 euros y venderá por debajo de 3,9 euros.

    La operación se produce además después de que UBS, una de las entidades colocadoras, asegurara esta pasada semana en un informe, tal y como desveló elEconomista, que "dada la coyuntura económica y el alto nivel de apalancamiento, ACS podría empezar a reducir su participación en Iberdrola", tal y como ya había adelantado este diario. Sin embargo, la entidad financiera consideraba que en última instancia beneficiaría a Iberdrola, si ACS vendiera esta participación al completo. De hecho, esto sería "mejorar el gobierno corporativo y ofrecer a la gestión de Iberdrola una mayor libertad de acción".

    Tal y como desveló elEconomista el pasado 5 de abril, ACS se podía ver forzado a tener que poner garantías por la caída en bolsa de la eléctrica. La banca aguantó el plazo pactado en los contratos, pero tras los fuertes retrocesos en bolsa y los recortes que se espera que se acometan contra las eléctricas. Credit Suisse apuntó posteriormente que la constructora tendría que hacer un desembolso de 422 millones por cada pérdida de 0,5 euros en la cotización del grupo que preside Ignacio Sánchez Galán, toda vez que la acción ya está por debajo de los 4 euros (3,9 euros al cierre de ayer).

    A partir de 4 euros se encendían las alarmas de las distintas sociedades en las que mantiene su participación de un 18,5%. El principal problema es que la deuda asociada a Iberdrola (más de 4.962 millones) es en estos momentos mayor que el valor del 18,5% del capital que tiene. Además, la capitalización de ACS es tan sólo de unos 5.500 millones. Razón por la que la firma ha reducido su precio objetivo de 18 a 13 euros, pero no sólo por las minusvalías en Iberdrola, sino también por las acumuladas en Hochtief, que se acercan a los 1.000 millones. Además, el banco cree que hay un gran potencial de caída de estas dos participadas para este año.

    Credit Suisse afirmó que la constructora está expuesta directamente al mercado de renta variable español por su exceso de deuda de cerca de 9.000 millones. A esto se suma que su participada Hochtief no abonará el dividendo a cuenta de 2011, lo que deja un débil flujo de caja y al no haberse conseguido cerrar el calendario de desinversiones anunciado. Hochtief no logró vender los aeropuertos, ACS mantiene todavía pendiente la venta de activos de renovables, intentó vender una parte de Urbaser sin éxito y optó por trocearlo, pero al final la presión de la banca ha sido superior y el presidente de ACS ha tenido que claudicar ante Galán y vender una parte. La decisión, no obstante, no es una retirada definitiva, al menos por el momento. La constructora, pese a haber logrado una victoria en el Tribunal Supremo con los blindajes, no podrá votar en la junta de accionistas de la eléctrica por toda su participación que se quedará en un 14,81% ya que las limitaciones estatutarias que se impusieron en la pasada junta general de accionistas estaban vigentes tras una sentencia del Juzgado de los Mercantil de Bilbao.

    ACS atraviesa tambien problemas por la paralización del almacén de gas Castor.