Empresas y finanzas

La huelga en Portugal afecta sobre todo al transporte



    LISBOA (Reuters) - Los huelguistas portugueses detuvieron trenes, cerraron puertos y paralizaron la mayoría del transporte público el jueves en protestas contra las medidas de austeridad, aunque es poco probable que afecten a la determinación del Gobierno de aplicar los términos del rescate concedido por la UE y el FMI.

    La protesta tuvo poco impacto fuera del sector del transporte, y no causó grandes interrupciones en las empresas. UGT, el segundo mayor sindicato del país, no respaldó los paros, a diferencia de huelgas anteriores.

    Armenio Carlos, el nuevo líder comunista del CGTP, la mayor confederación sindical portuguesa, quería que sus 700.000 afiliados envíen una señal al Gobierno de centroderecha de que no tolerarán la erosión de los derechos laborales, la rebaja de salarios y un desempleo récord.

    "Tenemos que seguir realizando huelgas, luchando. Estas políticas no resuelven nada, estamos en el mismo camino que Grecia", dijo Pedro Ramos, de 38 años, coordinador sindical que trabaja para una empresa estatal de gestión de residuos.

    Ramos fue uno de los pocos cientos de miembros del CGTP reunidos en la plaza Rossio, en el centro de Lisboa, antes de marchar hacia el Parlamento. Muchos cantaban viejas canciones comunistas de los días de la incruenta revolución de los Claveles, en 1974, que restableció la democracia en Portugal.

    Al preguntarle por la crisis, se encogió de hombres y respondió: "Está así, así". Otro grupos se reunían en varios puntos de Lisboa, pero en números muy inferiores a los de la manifestación pacífica del mes pasado que convocó a unas 100.000 personas.

    El CGTP no pudo decir cuántos trabajadores habían respondido a la convocatoria de la huelga, pero dijo que había interrupciones en el sistema de ferrocarriles, incluyendo la ruta Lisboa-Madrid. El metro de Lisboa permanecía cerrado. Muchos hospitales aceptaban sólo casos de urgencia. El sindicato indicó también que los servicios de recogida de residuos, puertos, y algunos colegios habían cerrado en todo el país.

    Muchos se las arreglaron para llegar a trabajar, poco convencidos por la huelga y reacios a perder dinero para apoyarla.

    "Van a la huelga y nos hacen daño", dijo Ana María Verissimo, asistenta de 53 años, mientras esperaba a uno de los pocos autobuses que aún funcionaban en Lisboa. "Esto no resolverá nada. Tendrán que encontrar otra forma. Si voy a la huelga, mi paga será más baja a final de mes".

    UNA DE LAS HUELGAS MÁS PEQUEÑAS QUE SE RECUERDAN

    Se esperaban pocos paros en el sector privado, y el principal exportador de Portugal, la planta AutoEuropa de Volkswagen, producía coches. El Gobierno espera que las exportaciones saquen al país de la recesión para el año que viene.

    Los vuelos de la principal aerolínea TAP funcionaban, y el aeropuerto de Lisboa operaba con normalidad. La producción en las refinerías de petróleo de Galp no resultó afectada, según la compañía.

    "Si comparas esta huelga con las anteriores huelgas generales en la democracia portuguesa, esta está claramente en la gama baja", dijo Antonio Costa Pinto, profesor de investigación en el Instituto de Ciencias Sociales.

    El hecho de que UGT no participara fue uno de los factores que afectó a la participación, señaló, y el reciente cambio de postura del Gobierno sobre el recorte de salario en empresas públicas a privatizar "debe de haber disuadido a una parte del sector público".

    El portavoz gubernamental Luis Marques Guedes dijo en una rueda de prensa que "la huelga no resuelve los problemas del país y nos parece que la mayoría de los portugueses lo comprende".

    El Gobierno dijo que no ofrecerá cifras sobre participación hasta que termine la huelga.