Empresas y finanzas

"Recapitalizar los bancos es un falso remedio para arreglar los problemas"



    La recapitalización de la banca tras la caída de Dexia para evitar un efecto dominó supondría un "falso remedio", dado que el motivo de la inquietud son las deudas soberanas y no directamente el nivel de fondos propios de los bancos, según Crédit Agricole.

    ¿Qué opina de la crisis de la deuda en Europa?

    Es la crisis del riesgo de impago en varios países de la zona euro. La participación del sector privado en el plan de salvamento de Grecia, el 21 de julio, fue un detonante. Ha sido el primer impago de un estado de la zona euro. A ese riesgo de impago se ha añadido una gobernanza europea inconclusa hasta el momento y que, por esa razón, está hundiendo los mercados en la incertidumbre. Pero no tengo la menor duda de que se encontrará una solución. Y hay que elogiar sobre todo a Francia y Alemania por su gran actividad.

    Sin embargo, la desconfianza de los inversores respecto a la zona euro y sus bancos ha alcanzado sus máximos.

    Las causas de la crisis actual no están en los balances bancarios ni las soluciones tampoco. Pero me resulta extravagante que se pueda dudar de la solidez en general de la zona euro. Desde muchos puntos de vista, principalmente el de la deuda y el déficit vinculado al PIB, la zona euro se encuentra mucho mejor de salud que los demás países, sobre todo Estados Unidos o Gran Bretaña, que sin embargo no han dejado de alimentar las dudas sobre nosotros.

    Muchos han apuntado también al BCE y denuncian ciertas decisiones inconvenientes. Así y todo, me gustaría recordar que la política del BCE ha conducido a aumentar su balance sólo en un 0,7% del PIB, mientras que esa misma cifra es del 7% para el Fed, diez veces superior.

    ¿La quiebra de Dexia modifica la situación para los bancos franceses?

    La quiebra de Dexia no tiene nada que ver con la situación de los bancos franceses, aunque se añade a la confusión. Su modelo había dejado de ser viable. Ni era un banco de depósitos (dependía demasiado de los mercados para sus recursos) ni de mercado (no podía ceder masivamente los créditos que había acordado al mercado). Su modelo era incapaz de resistir una crisis, incluso temporal, de los mercados de refinanciación. Pero ése no es el modelo de los grandes bancos franceses que, además, han seguido obteniendo importantes beneficios, al contrario que Dexia.

    En realidad, el asunto de la recapitalización de los bancos tiene el efecto principal de desviar el centro de atención de los países pobres y apuntarlo hacia los bancos, que sólo han hecho sus deberes financiándolos. Si usted dice que no va a reembolsar a su vecino, ¿hay que centrarse en su vecino o en usted?

    ¿No es necesario reforzar a los bancos, por lo menos para apaciguar los mercados?

    Hay una especie de patología o razonamiento infinito en ese querer reforzar sin fin los fondos propios de los bancos, que sin embargo siguen siendo rentables. En lugar de fijarles un colchón de seguridad para amortiguar las pérdidas, se les pretende exigir los colchones más espesos posibles, aunque duros e incomprensibles. No hemos llegado al punto en que el mínimo euro consumido deba ser reemplazado en el acto.

    Peor aún, deberíamos aumentar más los colchones para las pérdidas no comprobadas a día de hoy. Por eso no creo que, si el día de mañana los bancos europeos se recapitalizaran globalmente, se fuera a arreglar el problema. Sería un falso remedio, porque no ataca en absoluto las causas. Otro falso remedio es el de las futuras tasas de liquidez. Lo que exige el Comité de Basilea en esa materia es adverso al modelo de banca de intermediación que prevalece en Europa. Favorece simplemente el modelo americano de titulización crediticia y desanima por el contrario el mantenimiento de los créditos acordados en los balances, como lo hacemos en Francia, asumiendo duraderamente los riesgos asumidos.

    Pero hay que regular bien los riesgos.

    Por supuesto, pero no hasta el punto de que las reglas sean tan rígidas, brutales e inestables que los bancos se vean obligados a tirar precipitadamente sus actividades por la borda. Los tres bancos franceses que han anunciado cesiones de activos en los últimos días han respondido a una lógica de mercado. Pero hay que vigilar que la dosis no sea demasiado fuerte y los reguladores no se adapten a los excesos de los mercados.

    Entonces, ¿el anuncio de Credit Agricole de una reducción de su balance no le satisface?

    El plan presentado lo han pedido y deseado las cajas regionales a través de su federación. Es un plan aprobado por el accionariado mayoritario. Corresponde a unos arbitrajes que deben hacerse con inteligencia dentro de las actividades. La regla es muy sencilla: todo lo que no participe en un proyecto de grupo, en la banca universal de proximidad, tiene vocación de ser paralizado, interrumpido o cedido. Así no se puede desarrollar ninguna actividad en un perímetro autónomo.

    ¿La caída de los títulos y esas presiones no animan a las cajas a sacar el banco de la cotización?

    Seamos sinceros: el hecho de que haya tres entidades de crédito cotizadas, sometidas diariamente a comentarios y rumores según los cuales su fragilidad se debe a sus acciones en bolsa, es punible. Sin embargo, no haber entrado en bolsa y salirse de ella no es lo mismo. Salir de la bolsa es un fracaso, una renuncia frente a todos aquellos que han depositado su confianza en nosotros. La vía que queremos emprender es la de una salida de la crisis por lo alto, no por lo bajo.

    ¿En qué punto se encuentra su proyecto de grupo?

    Creemos que hay que seguir reforzando nuestra cabeza de investigación, aumentando su poder y su efecto de arrastre. Además, queremos integrar negocio inmobiliario.