Empresas y finanzas

Presión para acelerar el ajuste de la banca y forzar la marcha de Ordóñez

  • El gobernador afronta los últimos meses de su mandato con el mayor rechazo
El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. <i>Foto: Archivo</i>


La disolución de las Cortes y la proximidad del periodo electoral no ha traído ni un ápice de tranquilidad al Banco de España. Ni en el plano financiero, donde la reestructuración se acelera, ni en el político, ya que el PP ha empezado a mostrar sus cartas y estas muestran un profundo rechazo hacia la labor de la cúpula del supervisor. Montoro ve necesarias más fusiones en la banca y sanear sus balances.

El partido que tiene todas las papeletas para ganar las próximas elecciones generales aboga por realizar cuanto antes otra ronda de saneamiento y recapitalizaciones en el sistema financiero. El objetivo es poner punto y final a los problemas de las entidades, devolver la confianza de los mercados en España y, sobre todo, que la banca empiece a estar en disposición de contribuir a la recuperación económica al restablecer el flujo crediticio a empresas y particulares.

Pero sus planes tropiezan con el Banco de España. El gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha mostrado a lo largo de esta crisis una parsimonia en la inyección de ayudas públicas que ha levantado las críticas de políticos, sector financiero, sindicatos y analistas. Le achacan que su negativa a actuar de una forma contundente y más rápida ha provocado en las entidades más débiles un deterioro adicional innecesario, un desgaste de la imagen de nuestro sistema financiero en el exterior, sobre el que, además, se va acumulando ahora los problemas añadidos por la crisis griega y el cierre a cal y canto de los mercados de financiación.

Los planes del PP

El PP quiere acabar con este retraso y aprovechar las oportunidades que pueda brindar el Fondo de rescate europeo para apuntalar de forma definitiva a la banca al mismo tiempo que lo hace el resto de la UE. Su objetivo no es sólo inyectar más capital, sino forzar a que la banca realice provisiones extra sobre inmuebles y suelo en su poder, de tal manera que se reconozcan mayores pérdidas por la bajada de valor de estos activos.

Esta operación requeriría muchos más recursos que una simple recapitalización y, por supuesto, la total sintonía y colaboración del Banco de España, la institución que cuenta con la radiografía de todas las entidades del sistema y la que tiene la llave de la velocidad de todo el proceso.

Por ello, según señalan distintas fuentes, financieras y políticas, los planes del PP dependen de una salida anticipada de Ordóñez, que cumple mandato en junio de 2012, seis meses después de la investidura del Ejecutivo.

Pero por mucho que el PP desee la marcha de Ordóñez, el régimen de autonomía del Banco de España garantiza que gobernador y subgobernador, que también preside el Frob, pueden agotar su mandato aunque no cuenten con la confianza del Gobierno. Cualquier modificación normativa o incluso acciones legales, se prolongarían más allá del verano.

Junio de 2012

Resistir en su cargo hasta junio de 2012 no resultará fácil para Ordóñez, que afronta sus últimos meses en la institución con el mayor rechazo que haya tenido que sufrir cualquiera de sus antecesores.

Lo que antes se hacía de forma aislada se ha convertido en una crítica generalizada y cada vez más contundente desde amplios sectores. Este mismo mes, UGT atribuía al gobernador toda la responsabilidad por las escandalosas indemnizaciones en la CAM y Novacaixagalicia e IU pedía su dimisión por el mismo motivo.

Su actuación a lo largo de esta crisis le ha propiciado un buen número de detractores en las comunidades autonómas, con Galicia a la cabeza, e incluso, desde el mismo Gobierno le han recriminado en no pocas ocasiones que se inmiscuyera en el terreno laboral, a través de sus informes, mientras se le acumulaban los problemas en las cajas.

Ni en el sector financiero encuentra apoyos, desde donde le acusan de haber edulcorado las cuentas de la CAM, de cambiar las reglas de juego a mitad de partido a todas las cajas, de haber perjudicado a los bancos con su acción dubitativa, y de ver los problemas como un espectador o de agravarlos con discursos irresponsables, como en su última intervención, en la que dijo que la CAM es "lo peor de lo peor".

Tampoco hay que despreciar la oposición que encuentra en su propia casa, donde ha sido constante su desencuentro con el cuerpo técnico, agravado con la actuación desplegada en las intervenciones. Sáenz de Santamaría ha dejado entrever que se inicia el periodo de acoso y derribo por parte del PP. Anunciaba una profunda reforma del Banco de España, "profesional, con consejeros técnicos, que refuercen la labor de los inspectores".