Reino Unido: la reestructuración de la banca tendrá un coste de 8.000 millones
La Comisión independiente para la banca de Reino Unido (ICB, por sus siglas en inglés), auspiciada por el gobierno británico, ha publicado el esperado informe sobre la reestructuración del sector bancario. Tal y como se preveía, recomienda a las entidades que separen las actividades comerciales y de inversión.
Según indica, las reformas que tendrán que ponerse en marcha tendrán un coste anual para las entidades de entre 4.000 y 7.000 millones de libras (4663 y 8.160 millones de euros), de los que los "costes sociales" supondrán entre 1.000 y 3.000 millones de libras.
En este punto especifican que esta horquilla no tiene en cuenta las medidas mitigadoras por parte de las respectivas directivas, que podrían rebajar la factura, mientras que advierten de que, por el contrario, en el caso de mayores garantías gubernamentales los costes podrían ser superiores.
Por separado
De seguir las directrices propuestas por la Comisión, los bancos británicos tendrán que separar el área de inversión de la de banca minorista y capitalizarlas por separado. Además, deberán contar con consejos de administración independientes.
Así, la unidad comercial debería contar con una capitalización mínima del 10%, frente al 7% exigido por Basilea III, mientras que para las actividades de banca de inversión no especifica una ratio, sino que apunta la necesidad de ajustarse a los "estándares internacionales".
Como consecuencia de ello, HSBC, Barclays, Lloyds, RBS, Santander UK y National Building Society deberán tener más de un 3% de capital extra respecto al resto de entidades mundiales, que según Basilea deben mantener un un 7%.
Los autores del documento subrayan que esta separación estructural facilitaría y haría menos costosa la liquidación de las entidades en problemas, permitiendo un proceso ordenado de resolución en el que se determinarían qué negocios podrían continuar y cómo. Además, hacen mención a la repercusión que tendría sobre el bolsillo del contribuyente, que sería menor si se tomara esta medida.
El informe, de 360 páginas, pide que se hagan los cambios lo antes posible, pero añade que 2019 sería una fecha apropiada para que estuviera concluida la implementación de las medidas, teniendo en cuenta la debilidad de la actual coyuntura económica.
La reacción del sector
El consejero ejecutivo del Royal Bank of Scotland, Stephen Hester, o el del HSBC, Stuart Gulliver, argumentan que esa medida perjudicaría la competitividad con bancos en el extranjero y además supondría un mayor coste de gestión que, advierten, se trasladaría a los clientes.
Por otra parte, agrupaciones empresariales como la Asociación de tesoreros y directivos de empresa (ACT, en sus siglas en inglés) han advertido de que una reforma de la banca en estos momentos podría socavar la recuperación económica si se encarecen los créditos a las empresas.
El gobierno pidió el año pasado a John Vickers, antiguo economista jefe del Banco de Inglaterra, que presidiera una comisión para estudiar formas de mejorar la competitividad y reducir los riesgos del sector financiero.
Desde 2007, el estado británico ha sido forzado a gastar, prometer y prestar 850.000 millones de libras para rescatar a los bancos británicos, según la National Audit Office.