Empresas y finanzas
El boicot al cava catalán 'vuelve a casa' por Navidad
Uno de esos municipios es el de Vilafranca del Penedés (Barcelona), localidad en la que tiene su sede el Consejo Regulador del Cava. Por ese motivo, a través de Internet viaja un mensaje en el que se incita a consumir cava elaborado en otras autonomías españolas. Los productos alternativos son los valencianos Dominio de la Vega, Dominio de Requena o Castells de Sorells; el extremeño Vía de la Plata, o los riojanos Benito Escudero y Faustino y al que no le guste el cava... ¡sidra El Gaitero!
Un punto negativo por año
Ya sea por un motivo u otro, desde las navidades de 2004 el cava catalán ha perdido ventas y cuota de mercado en España. Según el director general de Cavas Mont-Ferrant, Jordi Xena, "el estudio que elabora Nielsen señala que el cava catalán está a la baja y que, más o menos, cada año pierde un punto de cuota de mercado".
En 2004, al presidente de ERC se le ocurrió arengar a los catalanes para que boicotearan la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos. En aquel ejercicio, las ventas de cava en España crecieron un 2,3 por ciento, pero las grandes marcas catalanas calcularon un retroceso cercano al 4 por ciento. Los cavas no catalanes fueron los principales beneficiados del boicot.
Un año después, la situación empeoró debido a la aprobación del nuevo Estatut de Cataluña y a la oferta de compra que Gas Natural lanzó sobre la eléctrica Endesa. En las navidades de 2005, las ventas cayeron en picado: un 6,59 por ciento menos. La cifra es más alarmante si se tiene en cuenta que incluye las ventas de los cavas no catalanes que ese año tuvieron un año récord en ventas.
Nuevo reparto del mercado de cava
Los cavas elaborados fuera del Penedés han sabido aprovechar los años de boicot para consolidar su cuota de mercado. Se trata de pequeños productores que están ubicados en Valencia, Extremadura, País Vasco, Rioja o Galicia, donde la denominación cava también cuenta con viñedos autorizados para elaborar este tipo de vino.
Las empresas, cuya producción anual media es de unas 500.000 botellas al año, han logrado hacerse con el 5 por ciento del mercado nacional, es decir entre cinco y seis millones de botellas anuales. Según explica a elEconomista el presidente del Consejo Regulador del Cava, Gustau García Guillamet, "son compañías que tampoco pueden crecer mucho más, ya que durante 2005 y 2006 ha aumentado al máximo su producción y a partir de ahora deberán hacer grandes inversiones para dar un nuevo salto".
La Navidad de 2006 fue mucho más tranquila y las ventas de cava subieron un 8,36 por ciento, hasta los 101,32 millones de botellas. De nuevo, los productores no catalanes se llevaron buena parte de ese crecimiento. "Pese al aumento, las ventas de cava catalán aún están por debajo de las del año 2004, llevamos cuatro años perdidos", se lamentan fuentes del sector.
En la presente campaña, la esperanza de los cavistas del Penedés era reconquistar una porción más del pastel perdido, pero no ha sido así. Las ventas de este año "se encuentran al mismo nivel del ejercicio pasado, sobre los 100 millones de botellas", indicó el presidente del Consejo Regulador del Cava. Esta tendencia también la confirma el presidente de honor de Freixenet, José Ferrer: "En facturación los ingresos crecen, pero el número de botellas que vendemos en el mercado español está estancado".
También 'ataca' el champán
El boicot al cava catalán también tienen nombres propios. Hace un mes, con motivo de la clasificación de la selección española de fútbol para la próxima Eurocopa, el presidente del Real Madrid, Ramón Calderón, invitó a champán francés, en concreto Moët Chandon, a todos los asistentes al palco del Bernabéu.
El gesto de Calderón provocó las quejas del Consejo Regulador del Cava, que a través de su presidente, Gustau García Guillamet, aseguró que "da pena que teniendo en España unos espumosos que triunfan en todo el mundo, proponga brindar con champán francés. El presidente del Real Madrid es libérrimo para invitar a la bebida que mejor le parezca, pero hubiese sido mucho más afortunado celebrar un triunfo de España con cava". De la misma opinión es el presidente del Instituto del Cava y directivo de Codorníu, Magí Raventós: "Nos hubiera gustado que hubiera propuesto brindar con cava".
El chanpán francés arrasa
Más allá de la anécdota, el crecimiento de las ventas de champán francés en España desde la ocurrencia de Carod Rovira en 2004 es espectacular. Un 23 por ciento en 2005, un 26 por ciento en 2006 y en 2007, hasta agosto, un 37 por ciento. En cifras absolutas, las ventas todavía son pequeñas, sólo unos cuatro millones de botellas, pero situadas en el segmento alto de precio. "No sólo nos hemos de fijar en lo que vende el champán en España ¿Y el cava que vendemos nosotros en Francia?", defiende García Guillamet. Las ventas de cava en el país vecino sólo rondan el millón de botellas y la mayoría son de marcas del grupo Freixenet.
"El retroceso del cava no es sólo numérico", explica el director general de Mont-Ferrant, "ha perdido peso en la Navidad; ni publicitariamente es tan importante como hace unos años cuando copaba la televisión, ni tiene ya un peso específico en los regalos de empresa". El presidente del Consejo Regulador es de la opinión contraria: "Cada vez vendemos más cava en el mundo y este año estaremos cerca del récord de exportaciones que logramos en 1999, con 130 millones de botellas". Según el consejero delegado de Freixenet, Pedro Ferrer, "pese a la revalorización del dólar que nos perjudica, estimamos que las exportaciones de cava crecerán este año un 8 por ciento".
Donde hay más consenso es en que la facturación del sector del cava crece más que el número de botellas. "Eso quiere decir que cada vez se venden cavas de más calidad y más caros.", afirma García Guillamet. "Es una buena noticia que la gente esté dispuesta a pagar más por cavas mejores, eso nos permitirá de una vez por todas pagarle al payés el precio justo por sus uvas, lo que impedirá que abandonen el campo", concluye el director general de Mont-Ferrant, Jordi Xena.