Se busca al presidente de Tepco: lleva dos semanas desaparecido
Tepco acumulaba un largo historial de irregularidades, pero el incidente en la central de Fukushima, con falsos informes incluidos, la ha convertido en enemigo público número uno en Japón. Su presidente, Masataka Shimizu, no ha realizado ninguna aparición desde el 13 de marzo y ya se barajan opciones como la huida o el suicidio.
La última comparecencia pública tuvo lugar el pasado 13 de marzo, dos días después de que un terremoto de 9 grados y un tsunami devastasen el país nipón.
Aquel día, el directivo, de 66 años, se disculpaba por la situación. Los daños causados en una de las plantas nucleares que gestiona su empresa, la de Fukushima, habían puesto a toda la población nipona en riesgo.
Desaparecido por completo
Después de esto, nada. Ni ruedas de prensa, ni visitas a la central en cuestión o a los hospitales... ni siquiera ha pasado por las oficinas de la empresa que dirige. Shimizu no ha vuelto a dar señales de vida salvo para emitir un comunicado, hace también dos semanas, arrepintiéndose por "los enormes problemas causados".
Pero su desaparición no tiene que ver sólo con el ámbito laboral. Según informa hoy el diario estadounidense The Washington Post, citando a fuentes cercanas, tampoco ha sido visto aparecer por su domicilio en los últimos quince días.
Desde que se dispararon las alrmas por una posible crisis nuclear, los ejecutivos de nivel medio de Tepco se han convertido en el rostro de la compañía, que unos días después del accidente en Fukushima reconocía que había mentido en los informes de control de sus instalaciones.
Exceso de trabajo
El silencio del consejero delegado, en un país en el que se vincula estrechamente a los directivos con los errores en la gestión, ha disparado los rumores acerca de la posibilidad de que haya abandonado el país o incluso se haya suicidado.
Sin embargo, los portavoces de Tepco aseguran que es víctima de una "pequeña dolencia" causada por el exceso de trabajo.
Mientras tanto, la indignación de la opinión pública japonesa crece a pasos agigantados ante la forma en que la compañía está abordando el problema, y el Tokio ha manifestado que está estudiando la posibilidad de nacionalizarla.