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Los rebeldes de Libia piden ataques aéreos contra Gadafi



    AJDABIYAH, Libia (Reuters) - Los rebeldes libios que están pidiendo ataques aéreos para crear una zona de exclusión de vuelo fueron atacados el viernes por un avión de combate por tercer día consecutivo, mientras Muamar Gadafi intentaba reducir el creciente control de la oposición de una carretera costera clave.

    Los rebeldes asentados en el este del país, que encabezan desde hace dos semanas una revuelta contra Gadafi, dijeron a Reuters que sólo estaban abiertos a negociar el exilio o dimisión del líder libio, tras unos ataques contra civiles que han sido condenados por la comunidad internacional y desencadenado una investigación en el tribunal internacional de crímenes de guerra.

    "Si hay alguna negociación será sobre una sola cosa: sobre cómo Gadafi va a dejar el país o dimitir para que podamos salvar vidas. No hay nada más que negociar", dijo Ahmed Jabreel, del Consejo Nacional Libio establecido por los rebeldes en el este.

    "No vamos a negociar una solución política. Queremos que sea juzgado, pero si no le damos una salida, sabemos que más gente va a morir", declaró Jabreel, un asesor del ex ministro de Justicia Mustafa Abdel Jalil, que encabeza el Consejo.

    Los países occidentales han pedido a Gadafi que se vaya y están estudiando varias opciones, entre ellas la imposición de una zona de exclusión aérea, pero recelan de cualquier implicación militar ofensiva para estabilizar al duodécimo mayor exportador de petróleo del mundo.

    En el este, voluntarios rebeldes dijeron que un avión de combate del Gobierno libio bombardeó una zona situada justo al otro lado de los muros de una base militar tomada por la oposición en la ciudad de Ajdabiyah, pero no alcanzó su objetivo.

    "Estábamos sentados aquí, escuchamos el avión, luego la explosión y el temblor de la tierra. Cayó fuera del muro", dijo Hasan Faraj, que custodiaba un almacén de municiones en la base de Haniyeh.

    Otro guardia voluntario, Aziz Saleh, dijo se habían disparado dos cohetes y que cayeron justo al otro lado de los muros de la base.

    Los ataques aéreos no han conseguido evitar que los rebeldes utilicen una carretera costera clave para avanzar su línea de frente al oeste de Brega, una ciudad con una terminal petrolífera situada a 800 kilómetros al este de Trípoli. Dijeron que habían repelido a las tropas leales a Gadafi hasta Ras Lanuf, donde se alza otra gran terminal de crudo, a unos 600 kilómetros al este de la capital.

    PREOCUPACIÓN INTERNACIONAL

    En medio de la creciente preocupación internacional por la escasez de comida y suministros médicos en algunas zonas controladas por los rebeldes, se están acelerando los esfuerzos diplomáticos para poner fin a un conflicto que Occidente teme que pueda provocar un éxodo masivo de refugiados hacia Europa.

    El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó su preocupación por la situación, pero no mostró indicios de querer intervenir militarmente.

    "Muamar Gadafi ha perdido la legitimidad para liderar el país y debe irse", dijo Obama, en la primera vez que instaba en público a Gadafi a abandonar Libia, aunque lo ha hecho en comunicados escritos de la Casa Blanca.

    El levantamiento popular contra los 41 años de gobierno de Gadafi, el más sangriento hasta la fecha contra un mandatario en Oriente Próximo o el norte de África, ha dejado fuera del mercado casi el 50 por ciento de los 1,6 millones de barriles de petróleo al día que producía Libia, país miembro de la OPEP.

    La revuelta está causando una crisis humanitaria, especialmente en la frontera tunecina, adonde han huido decenas de miles de trabajadores extranjeros. Sin embargo, un puente aéreo organizado por la comunidad internacional empezó a aliviar la marea humana procedente de Libia mientras se corría la voz entre los refugiados de que habría aviones para llevarles a casa.

    El presidente venezolano, Hugo Chávez, planteó un vago plan de paz para Libia, diciendo que había hablado con su amigo Gadafi y que éste había respaldado la propuesta de una comisión negociadora, y acusó a Occidente de estar interesado en el petróleo del país norteafricano.

    Sin embargo, Saif al-Islam, un hijo de Gadafi, dijo el jueves que Libia no necesita ayuda exterior para resolver sus problemas.

    Los rebeldes que mantienen el control de la ciudad portuaria de Zauiyah, 50 kilómetros al oeste de Trípoli, dijeron que habían lanzado contraataques contra las fuerzas de Gadafi agrupadas en la zona, y advirtieron de que se estaban quedando sin provisiones de medicinas y leche infantil.