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Ultimátum del Ejército egipcio a los manifestantes de Tahrir



    EL CAIRO (Reuters) - El Ejército de Egipto envió el lunes un ultimátum a las docenas de manifestantes que permanecían en la plaza de Tahrir, el principal escenario de un movimiento que ha derrocado a Hosni Mubarak, para que abandonen el lugar y vuelvan a la vida normal si no quieren ser detenidos.

    Los soldados se enfrentaron el domingo con manifestantes cuando el Ejército intentaba garantizar el flujo del tráfico a través de la céntrica plaza de El Cairo. Algunos manifestantes insistieron en quedarse, determinados a ver cumplidas sus demandas de un régimen civil y un sistema democrático y libre.

    "Nos queda media hora, estamos rodeados por la policía militar. No sabemos qué hacer. Estamos discutiendo qué hacer ahora", dijo a Reuters uno de los manifestantes, Yahya Saqr, añadiendo que un alto cargo "nos ha dicho que tenemos una hora para abandonar la plaza o enfrentarnos a una detención".

    Líderes de la protesta dicen que los egipcios se manifestarán de nuevo si sus demandas de un cambio radical no se cumplen. Tienen prevista una enorme "marcha de la victoria" para el viernes para celebrar la revolución, y quizá recordar a los militares el poder de la calle.

    Los generales de Egipto están imponiendo su mando en el país tras el derrocamiento de Mubarak.

    Tras suspender la constitución y disolver el Parlamento el domingo - unas medidas saludadas por los que veían en ambas instituciones como instrumentos en manos de los Mubarak -, el consejo estaba planeando emitir órdenes destinadas a sofocar más desórdenes y devolver al país a la vida normal, dijo una fuente militar.

    Los dirigentes militares interinos han decretado un puente festivo el lunes tras la interrupción del sector bancario aprovechando que el martes es la fiesta nacional que conmemora el nacimiento del profeta Mahoma.

    Los militares han dicho que se celebrarán unas elecciones libres y justas bajo una Constitución revisada, pero no han dado fechas más allá de asegurar que estarán al mando "por un periodo temporal de seis meses o hasta el final de elecciones a las cámaras baja y alta, y de las elecciones presidenciales".

    Tampoco han ofrecido detalles de qué civiles u otros participantes estarían en la reforma de las leyes básicas durante la transición. El Ejecutivo nombrado por Mubarak el mes pasado seguirá gobernando, pero reportando a los jefes militares.

    PROTESTA LABORAL

    Los 18 días de revuelta contra el régimen de 30 años de Hosni Mubarak ha desencadenado una serie de protestas de trabajadores e incluso de la policía.

    Cientos de empleados se manifestaron el lunes en el exterior de una sucursal del Banco de Alejandría en el centro de El Cairo, pidiendo la dimisión de sus jefes - "Váyanse, váyanse" -, imitando el eslogan anti-Mubarak.

    Protestas, sentadas y paros se han producido en instituciones públicas en todo Egipto, incluida la bolsa de valores, empresas metalúrgicas y textiles, organizaciones de medios de comunicación, el servicio postal, ferrocarriles, y en los ministerios de Cultura y Sanidad.

    Los trabajadores aludieron a un serie de reivindicaciones. Lo que los une es una nueva sensación de ser capaces de hablar claro en la era post-Mubarak.

    "Al final hemos tenido el valor de salir y hablar claro", dijo Hala Fawzi, una madre de dos niños de 34 años que se manifestaba el domingo en el exterior de las oficinas de una compañía de seguros pública donde trabaja. "Queremos igualdad", dijo.

    Sin embargo, el Ejército está dispuesto a devolver a Egipto a la vida normal y restablecer la economía muy dañada con las revueltas, empezando por el regreso de los turistas y la inversión extranjera.

    Es consciente de la inestabilidad que aún vive Túnez, donde una revuelta que acabó también con otro autócrata árabe entrado en años el mes pasado inspiró a los egipcios a tomar las calles.

    La fuente del Ejército dijo que las autoridades militares esperaban emitir una orden pronto por la que se prohibirían las reuniones de los sindicatos o asociaciones profesionales, y por supuesto las huelgas, y pediría a todos los egipcios que regresen al trabajo.

    También habrá una advertencia contra los que creen "caos y el desorden", dijo la fuente, añadiendo que el Ejército, no obstante, reconocería el derecho a protestar.

    Después de tres semanas de interrupción de la economía, millones de egipcios están deseando volver al trabajo.

    En la plaza de Tahrir, Jihad Laban, un contable, dijo que aún queda mucho trabajo por hacer para conseguir que la revolución no se quede en nada.

    "El objetivo nunca fue sólo derrocar a Mubarak. El sistema está totalmente corrupto y no nos iremos hasta que veamos algunas reformas reales", dijo Jihad Laban. "Voy a ser enterrado en Tahrir. Estoy aquí por mis hijos".

    Los manifestantes han exigido la inmediata liberación de presos políticos, el levantamiento de un estado de emergencia utilizado por Mubarak para reprimir a la oposición, el cierre de tribunales militares, elecciones justas y un rápido traspaso del poder a los civiles.