Un miedo quizá desorbitado
Carlos Serrano-Conde
Madrid, 18 ago (EFECOM).- La crisis hipotecaria en Estados Unidos y sus efectos directos sobre las bolsas mundiales continúan acaparando la información económica en este mes de agosto, con un temor quizá desorbitado fuera de EEUU y que de momento se ciñe al ámbito bursátil.
El dinero es el primero en huir ante cualquier atisbo de riesgo en el horizonte económico y por eso el temor se ha instalado en las bolsas, también en la española.
Y eso a pesar de que el Gobierno, pero también la mayoría de los analistas independientes, creen que la crisis estadounidense no afectará en gran medida a la economía española.
Ayer, fue el propio vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, quien, en declaraciones a Efe, lanzó un mensaje de tranquilidad a los mercados.
El máximo responsable de la economía española dijo que los efectos de la crisis hipotecaria estadounidense tienen un impacto "relativamente pequeño" en la economía española, y descartó un efecto de contagio en el sistema financiero del país.
Solbes expresó su confianza en que "en las próximas semanas" los mercados recuperen la normalidad y en que la "turbulencia fuerte" que ha partido del mercado estadounidense acabe teniendo una incidencia "limitada" en España.
En Estados Unidos, la Reserva Federal, que en las jornadas anteriores había inyectado liquidez al sistema financiero -igual que otros bancos centrales lo han hecho en otras partes del mundo- tuvo que intervenir de nuevo ayer para evitar un descalabro de los mercados.
Lo hizo mediante una rebaja de medio punto, del 6,25% al 5,75%, en el tipo de descuento, el que cobra a los bancos por el dinero que les presta cada día para que puedan hacer frente a sus necesidades de liquidez.
Las bolsas tuvieron una reacción inmediata al alza y corrigieron las fuertes caídas que hasta ese momento experimentaban en toda Europa. Wall Street, que abrió unos minutos después, inició la sesión casi con euforia.
Al final, una semana de pánico se saldó con caídas suaves. El índice Dow Jones, el principal de la Bolsa de Nueva York, perdió el 1,26 por ciento respecto al viernes anterior; el CAC 40 de París y el Ibex-35 español el 1,5%; el EuroSTOXX 50 tan solo bajó el 0,1%, y el FTSE 100 de Londres incluso subió el 0,43% en las cinco sesiones semanales.
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, ha pedido una reunión urgente del G-7 para analizar la situación, pero Alemania la ha descartado por boca de su ministro de Finanzas, Peer Steinbrück, quien dijo que hay que confiar en el Banco Central Europeo.
En España se ha hablado mucho también esta semana de los fallos en las infraestructuras de Cataluña, que llevaron a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, a comparecer en el Parlamento.
Cuatro de los siete grupos con representación parlamentaria -PP, CiU, ERC e IU-ICV- pidieron la dimisión de Álvarez, quien desoyó esta exigencia y dijo que solo se marchará cuando el presidente del Gobierno deje de confiar en ella.
A los diputados les pidió que tuvieran en cuenta el esfuerzo inversor del Ejecutivo en Cataluña, "el mayor de la historia", con un presupuesto para infraestructuras de 7.850 millones de euros entre 2004 y 2007, de los que ya se han ejecutado alrededor del 65 por ciento (5.183 millones).
La ministra reclamó de nuevo paciencia a los ciudadanos catalanes y comprensión a los grupos porque, vaticinó, en septiembre todo irá mejor.
De momento, los catalanes llevan unos días sin sustos. EFECOM
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