Empresas y finanzas

La última moda en publicidad: batir un récord Guinness



    Destacar sobre el resto de las compañías, ser el más llamativo ante los medios de comunicación, obtener una imagen que rompa con todas las reglas. Desde hace un tiempo, las compañías más importantes del mundo luchan por destacar más que sus competidoras. Por ello, lo último en publicidad es una práctica nunca vista hasta ahora: establecer nuevos récords Guinnes.

    Y es que, según publica el diario The Wall Street Journal, la firma Guinness World Records destinó a principios de año una división para ayudar a las empresa a llevar a cabo prácticas que dieran una mayor publicidad a sus productos y marcas.

    En este sentido, y según publica el diario económico en su edición online, la cadena hotelera Sheraton de Starwood fue una de las primeras en recurrir a Guinness para sacar una mayor rentabilidad a una inversión de 120 millones de dólares destinada a la mejora de los programas de gimnasio en sus hoteles.

    Así, hace unas semanas, 270 personas se congregaron bajo la lluvia ante el hotel Sheraton del centro de Nueva York para participar en una clase de entrenamiento sin precedentes. Los asistentes pusieron a prueba sus fuerzas ante la banda elástica más grande de la historia.

    Pero la cadena hotelera no ha sido la única que se ha rendido a los encantos de Guinness. Según WSJ, el gigante de cosméticos Estée Lauder estableció su propio récord al tener "la mayor cantidad de monumentos iluminados por una causa benéfica en 24 horas". En total, 38 edificios lucían en color rosa para dar publicidad a una campaña contra el cáncer de mama.

    El objetivo, llamar la atención

    En este sentido, Hoyt Harper, líder mundial de marca para Sheraton, ha afirmado al periódico económico que "la marca Guinness ayuda a crear movimiento y nos beneficiamos de la novedad y la asociación".

    Y es que, las empresas llevan mucho tiempo buscando nuevas formas para que sus eventos y productos llamen la atención y generen cobertura mediática.

    Sólo en 2009, las compañías invirtieron 8.900 millones de dólares en marketing de eventos, según los datos de PQ Media, una firma de investigación en Connecticut. Anque para las empresas, conseguir el sello de aprobación de Guinness es relativamente barato. Cada una paga alrededor de 3.000 libras esterlinas (4.739 dólares) por sus servicios, que incluyen un juez para verificar la hazaña, y propuestas de nuevas ideas sobre los tipos de récords que aún no han sido batidos.

    Según el WSJ, Guinness asegura que ha visto cómo el número de solicitudes de récord ha aumentado un 250% en los últimos tres años y la gran mayoría procede de empresas.