Los ETF, en busca de la perfección: lo mejor de los fondos de inversión y lo mejor de la bolsa
Ácido, amargo, dulce y salado. Estos son los cuatro sabores básicos que detecta el hombre y a partir de los cuales surge una gran variedad de gustos. Limón, azúcar, té y sal serían los alimentos representativos de cada uno de los sabores básicos. Y de estos cuatro, el limón se alza como el rey de los paladares, el más perfecto de los cuatro.
Oferta de ETF
En fondos ocurre algo parecido. Hay cuatro 'sabores' básicos: renta variable, renta fija, gestión alternativa y fondos cotizados (ETF), a partir de los cuales se abre todo un mundo de inversiones y productos. Sus principales representantes son Bestinver Bolsa en fondos de bolsa, BBVA Monetario en renta fija, Altitude Teide como hedge fund -aunque es un mercado que está empezando y puede haber cambios- mientras que en los ETF este puesto todavía está vacante.
A pocos días de que se cumpla un año del lanzamiento del primer fondo cotizado en España, el Acción Ibex 35 ETF de BBVA, la oferta en este terreno es limitada, aunque lleva camino de multiplicarse en cuestión de días. De momento, esta semana se unieron tres productos nuevos de la gestora Lyxor a esta aventura, con lo que la oferta sube a ocho productos: tres replican al Ibex 35, dos al Euro Stoxx 50, uno al Dow Jones, otro al Nasdaq 100 y uno más al índice CECE de Europa del Este.
¿Qué significa contratar un ETF?
La ventaja principal es que permite comprar con un solo título todo un índice bursátil. Por ejemplo, si adquiere una participación del ETF Acción Ibex 35 de BBVA, valorada actualmente en 15 euros, tendrá en sus manos una replica de todo este índice. Es decir, que en un fondo cotizado se conjuga una acción con un fondo, ya que se puede negociar durante toda la sesión bursátil (liquidez inmediata) como si fuera un título, frente a la rigidez del fondo, que sólo permite suscripciones y reembolsos una vez al día sin conocer el valor liquidativo.
Y, además, se queda con lo mejor de los fondos al beneficiarse de la gestión profesionalizada y la diversificación -permite invertir en todas las empresas de un índice-. Junto a la transparencia y diversificación, los ETF tienen una razón más para rozar la perfección como producto financiero: su precio, ya que sus comisiones son muy inferiores a las de los fondos tradicionales.
Frente al 1,55 por ciento de media que cobran los fondos de renta variable -aunque algunos llegan a aplicar el máximo legal permitido del 2,25 por ciento-, la comisión media de los ETF se coloca alrededor del 0,33 por ciento. Toda una ventaja competitiva.
Sin embargo, todavía necesitan pulir algunos aspectos para convertirse en el limón de los sabores básicos. Su principal desventaja es la fiscalidad, ya que a diferencia del resto de fondos, los ETF obligan al inversor a pagar un peaje fiscal cada vez que decide desinvertir en uno de ellos. Uno de los viejos handicap que arrastraba toda la industria hasta que se suprimió en el año 2003. Un inconveniente que les deja fuera de las carteras gestionadas de fondos, uno de los instrumentos de inversión más de moda en la actualidad.
La oferta española de los productos cotizados
(*)Datos no actualizados. Fuente: elEconomista
Si el ETF más veterano en el mercado español no llega al año de vida, los nuevos inquilinos sólo tienen dos días y permiten al inversor contar con una miniatura de los grandes índices mundiales, como el Dow Jones. Por ejemplo, con el nuevo Lyxor ETF Dow Jones se puede comprar un mercado de 4,37 billones de euros y participar en compañías con un valor superior a 150.000 euros. Una opción que se puede conseguir por una módica inversión de 100 euros. Otra de las ventajas de estos productos frente a una gran parte de los fondos tradicionales, que exigen una inversión mínima inicial media de unos 600 euros.
Pero todavía les falta camino por recorrer, sobre todo para calar en los inversores. Según los datos de Inverco, los tres ETF de gestoras nacionales, dos de BBVA (BBVA.MC) y uno de Banco Santander (SAN.MC), han llamado la atención de 7.634 partícipes, lo que representa el 0,08 por ciento de los 8,93 millones que mueve la industria de fondos española. Un paso que llegará, sobre todo cuando salgan del horno los ETF que han prometido las grandes gestoras, referenciados al Latibex y otros índices mundiales. Los fondos cotizados buscan la perfección.