Empresas y finanzas

Coca-Cola 'se casa' con el chico de Martini para animar las ventas en los bares



    La unión entre compañías que comparten nichos de mercado diferentes pero que encuentran ciertas sinergias se está convirtiendo en algo habitual durante esta época de vacas flacas, sobre todo en el negocio de las bebidas.

    Los expertos en marketing y publicidad le llaman opciones de consumo, los más prosaicos prefieren hablar de aprovechar las sinergias. El gigante de las bebidas Coca-Cola y la conocida marca de alcohol Martini han decidido unir fuerzas con la intención de crecer de la mano en un momento en el que el consumo nacional no termina de despegar. Después de desarrollar durante el año pasado una experiencia piloto en unos pocos bares de la Comunidad de Madrid, ambas compañías han querido sacar más provecho de esta unión de conveniencia y ampliar la estrategia a todo el mercado español.

    La intención de ambas grupos, según explican desde Coca-Cola, es crear un producto estrella para la hora del aperitivo, momento en el que se realizan la mitad de las consumiciones alcohólicas del día en España. Bajo el nombre de ?El Chispazo?, ambas compañías ofrecerán una mezcla que permita hacer más accesible a los paladares menos acostumbrados el tradicional vermú, en una asociación que por el momento no tiene fecha de caducidad.

    Y es que la unión entre compañías que comparten nichos de mercado diferentes pero que encuentran ciertas sinergias se está convirtiendo en algo habitual durante esta época de vacas flacas, sobre todo en el negocio de las bebidas. De hecho, hace unos meses, la propia Coca-Cola lanzó una promoción junto a la marca J&B por la que se regalaba una botella de dos litros de refresco al comprar una de whisky. Además, cada vez son más comunes las promociones puntuales relacionadas con el ocio nocturno y los combinados que permiten un crecimiento conjunto.

    Dos sectores con problemas

    El escaso ánimo consumista del mercado español ha puesto en alerta al negocio de las bebidas, que ha visto cómo en los últimos años su facturación se desplomaba consecuencia directa de la caída de asistentes en los bares. Incluso la todopoderosa Coca-Cola reconocía un ligero descenso del volumen de sus ventas, en concreto el 2 por ciento, durante el ejercicio pasado, consecuencia de la falta de actividad en el sector de la hostelería. Pero es el negocio de las bebidas alcohólicas quien peor está atravesando el bache. Las ventas en este sector descendieron el ejercicio pasado un 11 por ciento, en línea con el año anterior, cuando la facturación se desplomó un 12 por ciento. Y lo que es peor, la situación no tiene visos de mejora. ?Posiblemente el cierre del presente ejercicio pueda ser incluso más dramático que el anterior", aseguraba el ya saliente presidente de la patronal de bebidas alcohólicas, Jaime Gil-Robles.