Empresas y finanzas

Dueño de Severstal, magnate leal al Kremlin y partidario OMC



    Sergio Imbert

    Moscú, 26 may (EFECOM).- Alexéi Mordashóv, dueño de la siderúrgica rusa Severstal que anunció hoy su fusión con el grupo europeo Arcelor, es un multimillonario leal al Kremlin y partidario del ingreso de Rusia en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

    A sus 40 años, la revista rusa Finans lo sitúa como el octavo hombre más rico del país, con una fortuna de 4.900 millones de dólares, si bien la estadounidense Forbes estima su fortuna en 1.200 millones y le otorga el más discreto lugar, el 348 a nivel mundial.

    Si los accionistas del grupo europeo aprueban la fusión, el nuevo consorcio se erige en líder mundial del sector, con 46.000 millones de euros en ventas y 70 millones de toneladas de producción, y el magnate ruso se convierte en su mayor accionista minoritario (32%) y presidente no ejecutivo del Consejo de Administración de Arcelor.

    "Mordashóv es distinto a los demás multimillonarios rusos. Por la manera de llevar los negocios, se parece más al jefe de Siemens o General Electric, que a los héroes de la época rusa de acumulación de capital primario", escribió en Forbes poco antes de su asesinato en 2004 el periodista estadounidense Paul Khlebnikov, que investigó la procedencia de las fortunas más grandes y oscuras de Rusia.

    En la Rusia del presidente Vladímir Putin, donde la lealtad al poder es imprescindible para la salud de los negocios, Mordashóv se mantuvo siempre alejado de la política y atento a la "línea general" del Kremlin.

    Su decisión el año pasado de comprar un lote en el canal privado REN-TV fue visto como un gesto de lealtad al Kremlin, que controla rígidamente los medios nacionales.

    Según el diario de negocios "Védomosti", la fusión de Severstal con Arcelor fue autorizada personalmente por Putin la semana pasada.

    Para obtener su visto bueno, Mordashóv explicó a Putin que la estrategia de Severstal es similar a la del consorcio estatal ruso de gas Gazprom, el niño mimado del Kremlin, que consiste en erigirse en una corporación trasnacional y líder mundial en el sector.

    El magnate es miembro de la Junta Directiva de la Unión Rusa de Industriales y Empresarios y jefe de su grupo de trabajo encargado del ingreso de Rusia en la OMC y la reforma de la política aduanera.

    Reconocido por agencias rusas y extranjeras como uno de los más brillantes gerentes del país, Mordashóv es además amante del arte y los deportes, y forma parte de los consejos de tutores del Teatro Bolshói, la Galería Tretiakov y la Federación Rusa de Ajedrez.

    Nacido en 1965 en la ciudad industrial de Cherepovets, al norte de Moscú, Mordashóv terminó en 1988 la Universidad de Economía e Ingeniería de Leningrado (hoy San Peterburgo), regresó a su urbe y se colocó como economista en el combinado metalúrgico de Severstal.

    Sus conocimientos, que perfeccionó en la Universidad británica de Nortumbria, Newcastle, le merecía cuatro años más tarde, con apenas 27, el cargo de director de Finanzas y Economía.

    Su hora estelar llegó en 1993, cuando el "director rojo" de la empresa le encargó su privatización en medio de las "guerras del acero" de aquella turbulenta época y la lucha de todos contra todos por el reparto de la base industrial de la difunta URSS.

    Para conseguirlo, Mordashóv creó la empresa Severstal-Invest, que en breve tiempo acumuló cuantiosos fondos gracias a que vendía a precios de mercado el acero que compraba barato en la planta.

    Ese dinero permitió a la directiva de Severstal hacerse con el 29 por ciento de la empresa puesto a la venta y acaparar otro 51 por ciento distribuido mediante "vouchers" entre los obreros y empleados, que no veían su valor y los vendían gustosamente.

    En 1996 Mordashóv ya es director general de Severstal que, para diversificar el negocio, transforma en el holding Severstal-group mediante la compra de numerosos activos industriales y de infraestructuras, como puertos, fábricas automovilísticas y de trenes, y minas de carbón.

    Siempre con un ojo puesto en Rusia y otro en Occidente, donde obliga a estudiar y hacer prácticas a todos sus gerentes, en 2004 Mordashóv empezó a comprar activos extranjeros y sumó a su imperio la planta estadounidense Rouge Steel y la italiana Lucchini.

    El magnate ruso reveló su estrategia en una entrevista hace dos años, cuando dijo que "lo óptimo para el sector es que surjan cuatro o seis compañías con un volumen de producción de cien toneladas anuales capaces de dominar el mercado y estabilizar el ramo".

    "Severstal debe estar en ese grupo o ser parte de una de esas compañías", dijo entonces Mordashóv a "Védomosti", que hoy calificó su pacto con Arcelor como "principal transacción en la vida del oligarca".EFECOM

    si/prb