Empresas y finanzas
Caixanova quiere liderar la fusión y Caixa Galicia se opone
Caixanova ha puesto determinadas condiciones para llevar a cabo una fusión con Caixa Galicia, todas ellas encaminadas a liderar la operación. Es decir, contar con la mayor parte de los miembros del consejo de administración y mantener la sede principal de la entidad resultante, entre otros aspectos. Pero la coruñesa no aceptará estas premisas. Hoy, el consejo de Caixanova ha autorizado las conversaciones de fusión con Caixa Galicia.
Así de claro lo dejó el director general de la caja, José Luis Méndez, junto con varios directivos, a los representantes de los trabajadores durante una reunión mantenida el pasado miércoles, 31 de marzo, para informarles de la situación. En el encuentro, la dirección aseguró que "Caixa Galicia no va a ser absorbida por nadie", es decir, por Caixanova, según aseguran fuentes conocedoras del contenido de la cita.
El objetivo es que la integración se efectúe de manera equilibrada y que, por tanto, la viguesa rebaje finalmente sus aspiraciones para emprender una absorción. El equipo directivo añadió a los sindicatos que la caja es partidaria a una fusión de las dos instituciones financieras gallegas, pero que "esta nunca se hará a cualquier precio", dejando entrever que se buscaría otra salida si las condiciones no son beneficiosas.
El temor en La Coruña es máximo. Perder la caja sería muy perjudicial. Y más en estas circunstancias, cuando sería el pez pequeño quien se comiera al grande.
Presión
El alcalde de Vigo, Abel Caballero, metió ayer más presión y manifestó que la Xunta se ha comprometido a respetar una "absorción de Caixa Galicia", dejar la sede en Vigo y permitir la continuidad del presidente y director general de Caixanova. Julio Fernández Gayoso sería el presidente del grupo resultante, el cuarto por volumen de activos del sector, y José Luis Pego, el director general.
Para la conformación del nuevo consejo de administración sería necesario un cambio legislativo, en un momento en que la reforma de la ley de cajas gallegas está paralizada ante el recurso presentado por el Gobierno central ante el Tribunal Constitucional. "Es el compromiso que el señor Feijóo asumió y que no lo intente escamotear", aseveró Caballero.
Para el regidor socialista sólo "hay dos opciones": o Caixanova absorbe a Caixa Galicia o sigue su camino, bien sea de manera individual o buscando una alianza fuera de la comunidad autónoma a través de un Sistema Integral de Protección (SIP).
Caixanova tiene la intención de seguir dialogando con Banca Cívica por si la operación gallega no fragua. También se ha acercado a la integración virtual que están gestando Cajastur -una vez adquiera los negocios bancarios de CCM-, Caja Murcia, Caja Cantabria, Caixa Penedés y Caja Extremadura. Estas entidades intentan poner en marcha una fusión virtual para crear un grupo de, al menos, 100.000 millones de euros en activos. Para las próximas semanas se espera que el proyecto se perfile.
Hoy, nuevo consejo
Bajo estos posicionamientos distantes comenzarán las negociaciones si el consejo de administración de Caixanova concede hoy el visto bueno a las conversaciones, un movimiento que sería celebrado por el Gobierno autonómico después de que la semana pasada consiguiera poner de acuerdo a las dos entidades para iniciar el diálogo.
Actitud que fue plasmado con la firma del manifiesto que hizo público Alberto Núñez Feijóo hace ocho días para espantar la amenaza del Banco de España a una intervención.
El consejo de Caixa Galicia ya ratificó el documento el miércoles, con lo que daba vía libre a las negociaciones. La dirección de la coruñesa es conocedora de la situación, pero niega que la caja tenga problemas financieros de extrema gravedad. Los gestores aseguraron a los representantes de los trabajadores que la solvencia de la caja está fuera de toda duda durante la reunión que mantuvieron la semana pasada.
Las ayudas públicas
La integración de ambas, según el informe de KMPG encargado por la Xunta, requerirá de unas ayudas públicas de 1.200 millones. No obstante, otros estudios, como el elaborado por Caixanova, estima que la cifra podría llegar a los 2.000millones.
La viguesa quiere que, de llevarse a cabo la operación, una parte del importe sea aportado por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y otra por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) para aligerar las compromisos adquiridos. Los tipos de interés al FROB son más del doble de caros que los del FGD. Las ayudas públicas que finalmente se reclamen serán uno de los aspectos relevantes para que la fusión gallega siga adelante.
A partir de ahora se abre el proceso para determinar cuál será la cifra. El Banco de España pretende que la reestructuración cueste lo menos posible, pero que las ayudas se pidan antes de que culmine el plazo dado por Bruselas para su adjudicación. La Comisión Europea (CE) ha fijado para finales de junio el fin de los rescates bancarios en España con dinero público. El Gobierno tiene previsto solicitar una prórroga, pero el supervisor financiero quiere que el Ejecutivo acuda a la CE conociendo el montante total de las fusiones.