Empresas y finanzas

Caixanova reta a la Xunta y explorará las alternativas a Caixa Galicia

    Julio Fernández-Gayoso, presidente de Caixanova. <i>Foto: archivo</i>.


    Caixanova negociará con Caixa Galicia su fusión, pero no en exclusiva. La entidad viguesa mantiene aún abiertas otras alternativas a su unión con su rival gallega. Según fuentes conocedoras de la situación, el grupo que preside Julio Fernández Gayoso, no descarta la opción con la que se resistió durante los últimos meses a los deseos de la Xunta, es decir, examinar el plan de Banca Cívica -las cajas de Navarra, Burgos y Canarias- y el proyecto, aún en fase embrionaria de Cajastur, Caja Murcia y Caja Cantabria entre otras entidades.

    Sólo un día después de que Alberto Núñez Feijóo anunciara el inicio de la negociación entre las cajas gallegas comienzan a ser evidentes los escollos, dudas y resistencias que contrastan con la exposición del presidente del Ejecutivo regional.

    Caixanova abordará las conversaciones con Caixa Galicia con el objetivo de liderar la unión, ya que, aunque tiene un menor tamaño por volumen de activos, arranca desde una posición financiera más saneada. Su pretensión es conseguir el mayor peso en los órganos de gobierno, con el mantenimiento de su actual cúpula en puestos de máxima relevancia y conservar la sede principal en Vigo.

    Además, considera que la viabilidad de entidad resultante se vería comprometida por el coste financiero de las ayudas públicas que requeriría la operación.

    Por todas estas razones se resiste a abandonar un opción alternativa, que de salir adelante obligaría a Caixa Galicia a buscar otro camino para fortalecerse por medio de una fusión. Sin embargo, esto es lo que a toda costa quiere evitar Feijóo, ya que la opción más probable barajada por el Banco de España es que se uniera con Caja Madrid.

    De todos modos, fuentes financieras coinciden en señalar que el paso dado ayer quita algunas incertidumbres, tras las advertencias, unas veces veladas y otras directas, del Banco de España, al que se le estaba acabando la paciencia por el estancamiento en la reestructuración de estas dos entidades.

    Ante esta situación y las advertencias a una intervención, la Xunta desplegó todos sus esfuerzos para lograr que Caixa Galicia y Caixanova se comprometieran a analizar una integración. Durante la mañana hubo intensas reuniones y contactos con todas las partes implicadas, incluido el organismo supervisor, para alcanzar el consenso, lo que finalmente sirvió a Núñez Feijóo a realizar una declaración institucional y anunciar a la opinión pública, especialmente la gallega, un principio de acuerdo entre ambas cajas que va en la dirección de preservar la galleguidad de ambas.

    Las reacciones ayer no se hicieron esperar y la Xunta, a través del consejero de Presidencia, Alfonso Rueda, se felicitó por el paso dado por las entidades, pero mostró su cautela a un proyecto que, a su juicio, "ahora es posible y viable". El número dos del gobierno atonómico instó a todos los actores implicados, en clara referencia al PSOE y al Ayuntamiento de Vigo, a dejar trabajar a las cajas para que lleven a buen puerto las negociaciones.

    Una vez que se avance en las conversaciones, sería preciso modificar la ley autónomica. Una de las maniobras de la Xunta para acelerar la fusión fue cambiar la normativa regional, con el apoyo de los partidos de la oposición, a finales del año pasado. Pero el Gobierno, por la oposición inicial del Banco de España a la operación, intentó boicotear la integración con un recurso al Constitucional de la reforma de la legislación.

    Desde el partido socialista gallego (PSdG), la reacción también fue de satisfacción.