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CEPAL: Más empleo e ingresos en Iberoamérica, pero persiste falta de equidad



    Madrid, 18 abr (EFECOM).- Iberoamérica ha experimentado desde 2002 un notable crecimiento, pero esta bonanza económica no se ha reflejado en la atención social de los habitantes de esa región, donde la falta de equidad sigue siendo un mal endémico.

    Así lo indica el último informe sobre Iberoamérica presentado hoy en Madrid por la Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL), cuyo secretario ejecutivo, José Luis Machinea, insistió en la "falta de cohesión social" como uno de los mayores males que persisten en la región.

    "Cohesión social en el sentido de pertenencia a un proyecto común", dijo en rueda de prensa Machinea, encargado de presentar el informe "Panorama social de América Latina 2006".

    Machinea subrayó que "América Latina sigue siendo un continente no equitativo", rasgo que se manifiesta "no sólo en el reparto de los ingresos, sino el acceso a la educación", e incluso, dijo, "en la discriminación étnica".

    Como otros males de Latinoamérica, Machinea destacó "la escasa confianza en las instituciones" y la "falta de solidaridad", a pesar del notable avance alcanzado en el terreno de los ingresos económicos y el empleo.

    Este informe de la CEPAL subraya que el periodo 2003-2006 ha sido el mejor en veinticinco años en términos de progreso en la reducción de la pobreza, la disminución del desempleo, la mejora en la distribución del ingreso en algunos países y el aumento en el número de puestos de trabajo.

    "En los últimos cuatro años la región ha crecido bastante, un 3,5 por ciento por año y por habitante. Si uno lo compara con el periodo entre 1980 y 2002, cuando ese crecimiento fue del 3 por ciento en total en esos veintidós años, la diferencia es muy grande", afirmó.

    Según el informe, en América Latina, el porcentaje de personas pobres ha logrado situarse por primera vez debajo de los niveles de 1980, de forma que, mientras que, en 2002, un 44 por ciento de la población vivía bajo la línea de la pobreza, ahora esa cifra de iberoamericanos pobres es del 38,5 por ciento y un 14,7 por ciento es indigente.

    Entre 2002 y 2005 los pobres e indigentes se redujeron en 12 y 16 millones de personas, respectivamente.

    El informe subraya que entre los factores que más han contribuido a bajar la pobreza destacan la reducción de la tasa de desempleo urbano y el aumento del producto interior bruto.

    Sin embargo, añade el texto, "el aumento del empleo asalariado en el último trienio no fue suficiente para recuperar los niveles de protección social de comienzos de los años noventa", gran desafío que, según Machinea, es preciso acometer ahora. EFECOM

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