Los consejos de Caja España y Caja Duero aprueban la fusión
Con trece votos a favor y cuatro en contra, el Consejo de Administración de Caja Duero aprobó la fusión con Caja España en una reunión que duró cerca de seis horas y terminó pasada la medianoche. Horas antes, la cúpula de Caja España había dado también su visto bueno a la operación, con el 'sí' de 16 de los 17 consejeros que la componen. S&P: harán falta 35.000 millones para reordenar el sistema financiero.
Al término de la reunión de Caja Duero, su presidente, Julio Fermoso, y el director general de la entidad, Lucas Hernández, comparecieron ante los medios, donde mostraron su satisfacción por el acuerdo alcanzado y emplazaron al Consejo al próximo lunes.
Últimos flecos
El objetivo será tratar asuntos que han quedado "pendientes", como el intento de acuerdo con los sindicatos para aceptar un plan laboral y la elección de la Dirección General. Precisamente, la ausencia de un plan laboral fue la causa de que cuatro consejeros -los dos representantes de UGT, el de CCOO y el representante de los impositores Víctor Pedraz- votaran en contra de la fusión.
El director general Lucas Hernández mostró su confianza en alcanzar un acuerdo con los sindicatos para el plan laboral, "las diferencias son salvables". Una opinión que compartió Julio Fermoso, quien indicó que es preciso que los trabajadores que salgan de la entidad debido a la fusión lo hagan con unas condiciones "satisfactorias" y que los que continúen se queden con mejoras respecto al presente.
Abandonar el pesimismo
Para el presidente de Caja España, Santos Llamas, ahora es el momento de "sacar pecho", abandonar el pesimismo y caminar de la mano de Caja Duero, ya que la fusión es una cuestión importante no sólo para mejorar el sistema financiero de la comunidad, sino para el conjunto del territorio español.
Con la aprobación de la operación se da también el visto bueno a los jefes de área que formarán parte de la futura entidad fusionada, según indicó, aunque en el consejo no se habló de la presidencia, ya que esta cuestión es competencia del consejo de administración que surja de la unión de las cajas.
Santos Llamas insistió en el hecho de que el voto en contra del representante de UGT no significa un voto en contra de la fusión, sino una decisión condicionada al pacto laboral. "Está a favor de la fusión, pero como no hay pacto laboral, está a la espera", concretó. En este sentido, expresó su deseo que alcanzar un acuerdo en la mesa de negociación laboral y de convocar la Asamblea General para ratificar la fusión "de inmediato". "Ya urge; ya estamos en la recta final", apostilló.
Recta final
Posteriormente tendrá que llegar, en el caso de que no sean precisos más consejos extraordinarios para tratar la fusión, una asamblea general, que no se convocará antes del mes de mayo, explicó Fermoso.
De esta forma, cumplirán con la fecha tope marcada por el Banco de España, el 30 de junio, para que la entidad pueda acceder a las ayudas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), cuya cantidad de 525 millones de euros se devolvería en cinco años sin "ningún problema" incluso adoptando hipótesis de futuro "extremadamente duras", indicó Lucas Hernández.
Tras este acuerdo, Caja España someterá a la Asamblea General la aprobación definitiva de la fusión, con el fin de que el próximo día 1 de julio esté operativa la nueva caja a todos los niveles.
La nueva caja
El proyecto de fusión incluye un plan de negocio, cuyo objetivo es fortalecer los ratios de rentabilidad, eficiencia y solvencia y situarlos en 2015 en una rentabilidad financiera (ROE) del 12 por ciento, el margen de eficiencia en 45 puntos y la solvencia (TIER I) en un 10%.
Con el fin de alcanzar un posicionamiento "óptimo" para el desarrollo de la nueva Caja fusionada, el modelo de negocio se ha diseñado en torno a cuatro grandes ejes. El primero de ellos gira en torno a una estrategia basada en los negocios bancarios tradicionales, con una estructura de financiación prudente y con preponderancia de la gestión eficiente del riesgo. Además, se plantea un plan ambicioso de reestructuración.
Para llevar a cabo este plan de negocio, Caja España ha acordado solicitar al FROB 525 millones de euros, préstamo que será devuelto en un plazo máximo de cinco años. De forma paralela, se negocia con los representantes de los empleados un plan laboral que incluirá la necesaria racionalización de la plantilla, de la red comercial y de los servicios centrales.
En el momento de la fusión, la nueva Caja nacerá con una red de 1.102 oficinas y una plantilla total de 5.549 trabajadores. En cuanto a la Obra Social, la nueva entidad de ahorros será "respetuosa" con los compromisos adquiridos por las dos cajas fusionadas.