Empresas y finanzas
Coca-Cola versus Coca-Cola
Son muchos los ciudadanos que ahora mismo estarán tomándose alguna Coca-Cola embotellada fuera de España, sin saberlo. El problema es que mientras el producto es el mismo, para el distribuidor de turno puede resultar unos céntimos más barato importarlo del extranjero que adquirirlo en la embotelladora oficial localizada en el pueblo de al lado, lo que repercute de forma negativa en el tejido empresarial patrio. Y en tiempos de crisis, hasta el más mínimo detalle se revisa.
Esta falta de amor por lo propio, que no es nueva, está resultando un auténtico quebradero de cabeza para la multinacional norteamericana, que llegó a lanzar en verano una campaña publicitaria específica para el mercado español en la que advertía a los consumidores sobre la importancia de comprobar de dónde procedía el envase que contenía su refresco favorito.
Cierre en Canarias
Pese a ello, el pasado 19 de octubre, en el mismísimo Congreso de los Diputados se seguían distribuyendo latas procedentes de Polonia, que, como ya había desvelado este periódico dos días antes, se llevaban tiempo consumiendo con total normalidad. Aunque el caso de la casa del pueblo español ya se ha solucionado, José Bono mediante, Coca-Cola acaba de echar el cierre en Canarias a una de sus plantas embotelladoras, que en su conjunto emplean de forma directa a cerca de 5.000 personas. Teniendo en cuenta los antecedentes, el cierre no parece algo casual.
Es precisamente el reciente cierre de esta planta embotalledora localizada en Gran Canaria, propiedad del socio más antiguo de Coca-Cola , Cobega, la que ha encendido las primeras alarmas. Pero, ¿a qué se debe la repentina clausura?
Al margen de la crisis económica y la caída del consumo, mucho más fuerte en Canarias por la recesión turística, la razón parece que tiene que ver con esta piratería distribuidora, que en el caso de las Islas, por su carácter portuario, empieza ya a ser masiva.
Además, y como consecuencia de este negocio paralelo, han ido apareciendo diferentes portales en Internet en los que compradores y distribuidores ofertan sus productos a unos precios muy por debajo de los del mercado español.
Un mercado peculiar
El problema que está encontrando la multinacional norteamericana con esta Coca-Cola importada es que el daño a sus socios embotelladores en España se ha visto acentuado además por las peculiaridades que tiene el mercado nacional con respecto al resto.
En nuestro país, existen en la actualidad un total de siete empresas embotelladoras, que se reparten de forma ordenada la distribución de los productos de la compañía. Sin embargo, para el resto de Europa, el gigante de las bebidas cuenta tan sólo con dos compañías, que son las que está ahora copan gran parte del negocio español, que se encuentra ya de por sí bastante colapsado.
Afecta a sus socios
Las siete embotelladoras con los que cuenta en España, Asturbega, Begano, Casbega, Cobega, Colebega, Norbega y Rendelsur, sirven diariamente a más de 450.000 clientes, una cifra que desde la filial están intentando no reducir con el lanzamiento de nuevos productos y un incremento de la actividad publicitaria.
La compañía reconoce que vienen padeciendo un problema que afecta principalmente a sus socios embotelladores y que no encuentran, por el momento, la forma de atajarlo. Además, recuerdan que todas las Coca-Colas que se consumen en el mercado español están obligadas por ley a indicar su composición en el idioma nacional, algo que no se cumple con estos productos provenientes en su mayoría de países de Europa del Este y de Oriente Medio.
Se puede deducir, por tanto, que pese a que ley obliga, la Administración no ha ejecutado por el momento ninguna acción para intentar frenar la entrada de productos etiquetados en otro idioma.
Otro de los problemas sobre los que advierte la filial de Coca-Cola en España es la falta de control a la que están sometidos estos productos, de los que no se conocen las circunstancias de su traslado.
Falta de control
Desde Coca-Cola no se responsabilizan de los posibles defectos que puedan encontrarse en estas latas importadas, ya que no han estado sometidas a su revisión. "Con toda seguridad, el producto original habrá pasado los controles pertinentes, pero en el traslado puede degenerarse", aseguran desde la compañía.
Durante los últimos meses, la multinacional ha dedicado especiales esfuerzos en advertir a los consumidores nacionales de los problemas derivados de este negocio subterráneo. De hecho, ha puesto en marcha una importante campaña publicitaria en la que se revela que una lata de Coca-Cola producida en España recorre como mucho una distancia de 200 kilómetros entre la embotelladora y el puesto de venta.
Aprovechando este argumento, la compañía recuerda los beneficios para el medioambiente que acarrea consumir productos nacionales, aunque en el fondo subyace el temor a que se termine de dar la puntilla a un sector muy tocado por el poco ánimo consumista del cliente español.
Resultados pesimistas...
Desde Coca-Cola España se calcula que el problema de las importadas se podría haber comido ya un 2% de su facturación prevista para este año, que además se encuentra en un momento más que delicado por el efecto negativo que está produciendo la grave contracción del consumo en el mercado nacional del que, parece, no se salva nadie.
En números redondos, esta cifra se traduce en un agujero de unos 60 millones de euros en un ejercicio en el que las ventas no acompañan. De hecho, el presidente de Coca Cola España, Marcos de Quinto, desveló hace tan sólo unos meses una caída en el volumen de su facturación del 2% el ejercicio pasado.
Y es que los números globales de la compañía empiezan a mostrar síntomas preocupantes. El beneficio neto del grupo de bebidas sufrió un estancamiento en su tercer trimestre, con un leve incremento del 0,3%, hasta alcanzar los 1.266 millones de euros. Eso sí, en el acumulado de los nueve primeros meses del año, su beneficio registró un aumento del 10%, hasta los 3.526 millones de euros.
... por las ventas en Europa
Además, el comportamiento de la actividad durante los últimos tres meses del ejercicio deja peores síntomas, especialmente para el negocio en España. Y es que su cifra trimestral descendió un 4% en este periodo, hasta los 5.370 millones, siendo el mercado europeo el que peores cifras registró. En concreto, las ventas en el Viejo Continente se desplomaron un 10%, frente a la caída del 2% del mercado estadounidense y el 9% de la zona Euroasiática y África.
Coca - Cola advirtió, por segunda vez en lo que va de año, de los problemas de consumo que arrastra el mercado español, debido principalmente a los "considerables desafíos macroeconómicos" a los que se enfrenta. El gigante de bebidas precisó también que tanto España como el mercado de Europa del Este están ralentizando la marcha de la compañía en Europa.
Pese al complicado momento por el que atraviesa la multinacional, Coca-Cola todavía sigue contando con el 60% del mercado nacional de bebidas.
Pero lo que a buen seguro no se esperaban es que la competencia feroz les llegara ahora desde su propia casa.