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Ahmadineyad gana en Irán entre protestas de Musavi



    TEHERÁN (Reuters) - El presidente conservador de Irán, Mahmud Ahmadineyad, logró su reelección por un margen descomunal, según los resultados oficiales conocidos el sábado, pero su rival moderado rechazó el recuento calificándolo como una "peligrosa farsa" que podría llevar a la tiranía.

    La magnitud de la victoria de Ahmadineyad - que obtuvo casi el doble de votos que el ex primer ministro Mirhosein Musavi con casi todas las papeletas de los comicios del viernes escrutadas - alteró las expectativas generalizadas de que la contienda iría al menos a una segunda ronda.

    Musavi protestó contra lo que calificó de obvias violaciones en las elecciones presidenciales, marcadas por una alta participación.

    "Estoy avisando de que no me resignaré a esta peligrosa farsa. El resultado de esta actuación por parte de algunos responsables pondrá en peligro los pilares de la República Islámica y establecerá una tiranía", dijo Musavi en un comunicado distribuido a Reuters.

    Tenía previsto ofrecer una rueda de prensa, pero la policía del edificio alejó a los periodistas, diciendo que se había cancelado.

    Analistas iraníes y occidentales en el extranjero acogieron los resultados con incredulidad. Dijeron que la reelección de Ahmadineyad decepcionaría a las potencias occidentales que querían convencer a Irán de que suspendiera las actividades que sospechan que están dirigidas a fabricar bombas, y podrían complicar aún más los esfuerzos del presidente estadounidense, Barack Obama, para acercarse a Teherán.

    "No augura nada bueno para un acuerdo rápido y pacífico de la disputa nuclear", dijo Mark Fitzpatrick, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres.

    Antes de las elecciones se vivió una muy reñida campaña que generó una intensa emoción dentro de Irán y un gran interés en todo el mundo y que reveló profundas divisiones entre figuras del 'establishment' entre los que respaldaban a Ahmadineyad y los que abogaban por cambios de todo tipo en el país.

    Ahmadineyad acusó a sus oponentes de intentar debilitar a la República Islámica mediante una política de distensión con Occidente. Musavi contraatacó diciendo que el presidente había humillado a los iraníes con su "extremista" política exterior.

    El viernes por la noche, antes de que los resultados oficiales fueran anunciados, Musavi se había declarado como "ganador definitivo". Dijo que mucha gente no había podido votar y que habían faltado papeletas.

    También acusó a las autoridades de bloquear el envío de mensajes de texto, con los que su campaña intentó acercarse a los jóvenes votantes de las ciudades.

    Las cifras de la comisión electoral estatal mostraron que Ahmadineyad se había asegurado un segundo mandato de cuatro años con alrededor del 61,6 por ciento de los votos, frente al 32,5 por ciento de Musavi tras haberse escrutado 39 millones de sufragios.

    La participación se ha situado alrededor del 80 por ciento de los 46 millones de votantes habilitados.

    Trita Parsi, presidente del Consejo Nacional Iraní Americano con sede en Washington, mostró incredulidad ante el gran margen a favor de Ahmadineyad. "Es difícil sentirse cómodo pensando que ocurrió sin ningún fraude", declaró Parsi.

    Ali Ansari, que dirige el Instituto para Estudios Iraníes en la Universidad de St Andrews en Escocia, declaró: "La gente se levantará hoy en Irán conmocionada, no porque haya ganado Ahmadineyad, sino porque lo haya hecho a una escala tan impresionante".