Empresas y finanzas

Gecina quiere evitar ceder a Metrovacesa los activos pactados por su 'divorcio'



    Un divorcio es un trámite que a veces se convierte en una pesadilla al alargarse en el tiempo. Esto es lo que está ocurriendo en la separación entre Gecina y Metrovacesa, que acordó Joaquín Rivero con los Sanahuja en 2007. Ahora, Gecina está preparando toda la artillería para anular las dotes francesas que debería ceder a Metrovacesa por salirse del capital de la inmobiliaria gala.

    ¿El argumento? El acuerdo de separación lo firmó Joaquín Rivero y su socio Bautista Soler, principales propietarios de Gecina, con los Sanahuja, dueños de Metrovacesa (MVC.MC). Como la familia catalana ha cedido el trono de la firma española a los bancos, Gecina cree que no tiene obligación de cumplir con el último requisito de acuerdo, pues los dueños de Metrovacesa ya no son los Sanahuja. Así que el pacto quedó en el aire. Esta tesis es la que se mantiene desde el cuartel general desde el pasado mes de diciembre.

    Ahora, el siguiente paso será analizar los informes, que probablemente, apoyarán esa línea de argumentos.

    Informes de expertos

    Por el momento, el Consejo de Administración de Gecina se sentará hoy para analizar un informe encargado por los consejeros independientes respecto a la continuación o interrupción del proceso de separación, informaron fuentes cercanas a la compañía gala. Este documento no será el único que utilicen los máximos ejecutivos de la empresa francesa para dar su veredicto final. También analizarán informes jurídicos y económicos, señalaron las mismas fuentes.

    No obstante, cuando seis entidades financieras tomaron el control de Metrovacesa a finales de enero, Rivero mantuvo varias reuniones con los responsables de los bancos, aunque no recogió muchos frutos de esas conversaciones, pues las entidades están aterrizando en la inmobiliaria.

    Antes del año pasado, Gecina tenía que entregar a Metrovacesa un paquete de propiedades francesas valoradas en 2.800 millones de euros, aproximadamente. A cambio, el grupo español controlado por los Sanahuja debería entregar el 27% del capital de la inmobiliaria gala.

    Si al final se paraliza el acuerdo, Gecina se quedará como una gran vencedora, pues contará con más activos que al principio de la ruptura. En cambio, el accionista de Metrovacesa saldrá como el más perjudicado, pues se queda sin presencia francesa.