FCC, Ferrovial, ACS y Sacyr Vallehermoso ponen el ojo en el contrato para construir las terceras esclusas Madrid. El sector del ladrillo español sigue buscando oportunidades de negocio tanto en el mercado español como fuera de las fronteras nacionales. Hace una década la construcción de infraestructuras en España era el gran pastel que daba de comer a las empresas del sector. Ahora ese manjar se ha quedado pequeño para estos gigantes. Por eso, los esfuerzos se centran en la búsqueda de proyectos de ingeniería en el extranjero. Los países del Este de Europa y Latinoamérica son las principales minas de oro de las constructoras españolas. Uno de los manjares más sabrosos que ha recobrado más importancia en los últimos días y que ha abierto el apetito a los grandes grupos del ladrillo es la ampliación del Canal de Panamá. Y es que la ejecución de este macroproyecto obtuvo el visto bueno el pasado 22 de octubre de los ciudadanos del país de Centroamérica.Todavía queda mucho tiempo para que empiecen los trabajos de la obra, pero eso no quita para que las grandes constructoras pongan el ojo en esta tarta. Las empresas españolas no se quieren quedar atrás. De hecho, han mostrado inicialmente interés por participar en ampliar esta megaobra de ingeniería, informaron a elEconomista fuentes del sector. Este sería el caso de FCC, ACS, Sacyr Vallehermoso y Ferrovial. Todavía se desconocen los detalles técnicos y económicos del proyecto, pero las cuatro empresas no dejarán pasar la oportunidad de estudiarlo y si les interesa pujar por ello en el concurso que se convoque. Para ACS, este contrato le permitiría entrar en el mercado panameño y diversificar su actividad internacional, mientras que FCC reforzaría su presencia. De hecho, la constructora de Esther Koplowitz sabe desenvolverse muy bien en este canal, pues tiene algún contrato de mantenimiento, afirmó un portavoz de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) a este diario. En concreto, FCC, es propietaria del 50 por ciento de la constructora M & S (Meco-Santa Fe) de San José (Costa Rica). Esta filial está ejecutando proyectos de excavación seca en una de las áreas del canal (Corte de Culebra) y, también, en una nueva estación de amarre de barcos en el sector de Cartagena, que está localizada en el extremo sur del Corte Culebra. Estas obras se enmarcan en las ampliaciones que está llevando a cabo la ACP en los cauces de navegación.Gira internacionalDe todas formas, la ampliación del canal no suena a chino a las empresas del sector, pues representantes de la ACP, antes de celebrarse el referéndum, estuvieron de gira para presentar el esquema inicial del proyecto. Era un primer contacto para evaluar su acogida en el tejido empresarial. El resultado fue bastante positivo, ya que salieron a la luz muchos pretendientes. Por eso, la puja por la obra no será un camino de rosas para las constructoras españolas, porque tendrán que competir con otros grupos internacionales potentes. De todas formas, ante la magnitud del proyecto, que contempla la instalación de un tercer juego de esclusas, las compañías acordarán alianzas para presentarse como grandes consorcios con propuestas económicas bastante atractivas. Por ahora no hay prisa. El proyecto deberá ser aprobado primero por la Junta Directiva de la Autoridad del Canal de Panamá y luego por la Asamblea Legislativa. Una vez realizado estos trámites, las autoridades sacarán los pliegos del concurso para que las empresas se presenten. Lo único que hay sobre la mesa de la sociedad pública que gestiona el canal es el diseño conceptual de las nuevas esclusas. Lo suficiente para desarrollar un presupuesto provisional de costes y un calendario de trabajo. Tres opciones en los contratosHay tres posibilidades que se barajan sobre los métodos de contratación para esta construcción. Una de ellas es realizar contratos separados de diseño y construcción. Es decir, se adjudica el diseño de la obra y una vez que los planos finales estén listos se contrata la construcción. La ejecución del proyecto llevaría más tiempo, pero el dueño tiene mayor control sobre el proceso del diseño aunque, a su vez, asumiría el riesgo de un incremento de los costes. Otra de las propuestas es que un sólo grupo empresarial realice el diseño y la edificación. En este caso, el contratista se responsabilizaría de los riesgos económicos, mientras que el dueño pierde el control del proceso, que, también requeriría menos tiempo. Y la tercera opción es una combinación de las dos propuestas anteriores, con una mezcla de ventajas y desventajas.El manjar de este proyecto es el dinero que amasa. El presupuesto de la obra alcanza casi 4.200 millones de euros (5.250 millones de dólares). Dentro de esa desorbitada suma de dinero se incluye una partida de 785 millones de euros para cubrir eventualidades, posibles retrasos y otros riesgos.Cuando el gobierno de un país habla de hacer un macroproyecto público, los ciudadanos se echan a temblar. Lo primero que se les pasa por la cabeza es si tendrán que pagar más impuestos para financiar la obra. Esto mismo les debió de ocurrir a los panameños, aunque pueden respirar tranquilos. Su presidente Martín Torrijos ha asegurado que la deuda de esta ampliación no la contraerá el Estado y, por lo tanto, tampoco los bolsillos de los ciudadanos. Según sus cálculos, el retorno contable de la inversión sería de ocho años.La idea de la entidad gubernamental es financiar la operación con los ingresos adicionales procedentes del aumento de las tarifas que se aplicará en el periodo de construcción. Este no será el único salvavidas del canal. La ACP pedirá créditos al mercado financiero internacional, que podría cubrir en un plazo corto con los ingresos procedentes de la actividad del tercer juego de esclusas. El esfuerzo económico será inmenso, pero, según el Gobierno del país centroamericano merecerá la pena, pues el canal, es la principal fuente de riqueza de Panamá. De hecho, el 60 por ciento del presupuesto de inversiones del Ejecutivo se cubrió con la aportación del Canal a las arcas del Estado en 2005.Si tenía alguna duda, la tasa de rentabilidad del proyecto se sitúa entre el 12 y 14 por ciento, según datos de la ACP. Los beneficios parecen no dejar salir a la luz las desventajas. Por ejemplo, la economía crecerá a tasas superiores del 5 por ciento cada ejercicio durante los próximos 20 años. El empleo se verá favorecido. De hecho, se prevé la creación entre 35.000 y 40.000 puestos de trabajo.Renovar o morir. Eso es lo que va a hacer Panamá con esta obra. Y es que el canal no podrá absorber el crecimiento de la demanda de buques que se prevé para los próximos años. Se espera que las instalaciones del canal se queden sin capacidad entre 2009 y 2012. Ahora opera a más del 85 por ciento de sus posibilidades. Este proyecto permitirá tanto mantener la competitividad del canal como el valor de la ruta marítima de Panamá. Las obras deben empezar cuanto antes para que el canal esté en pleno rendimiento.