Gana 4.947 millones, con aumentos del 33% en Latinoamérica y del 31% en Abbeymadrid. Cuando una empresa hecha raíces en varios países puede recibir grandes alegrías de un área que compensen una desaceleración (quizá calculada) en otra. Es lo que reflejan las cuentas del Santander. Ganó 4.947 millones de euros entre enero y septiembre, cifra un 27,6 por ciento superior al mismo periodo de 2005 y que sitúa al grupo en buena posición para saldar el ejercicio en los 6.500 millones prometidos.Pero, ¿dónde se originan? Iberoamérica vuelve a resurgir como el gran motor. Enterrada la grave crisis que azotó la región en 2001 y 2002 y obligó a la banca a extremar las cautelas en el negocio hasta hace poco, Latinoamérica sumó 1.799 millones de euros al beneficio del grupo, un 33 por ciento más. La región ha cogido tal carrerilla que sólo la revalorización de las divisas suma tres puntos de mejora al beneficio del grupo (subiría el 25 y no 28 por ciento sin este acicate) y relega a Abbey al segundo cajón. Y es que el británico ha pasado de una subida del 40 por ciento en el beneficio de junio -entonces batía al 27 de Iberomérica- al 31 por ciento, aunque aporta 743 millones.Al banco británico le pesa el éxito. Al lanzarse a fondo a dar préstamos tras poner en orden el banco, tuvo que engordar fuertemente el cajón de provisiones -el colchón exigible por ley para no tener problemas si los clientes dejan de pagar el préstamo-, en detrimento de un mayor resultado. Pero el Santander está satisfecho: "Abbey ya está creciendo" y gana cuota de mercado, se congratuló ayer el director financiero, José Antonio Alvarez. Latinoamérica coge impulso y Abbey, el banco que ni existía en el esqueleto del grupo hasta 2004, mantiene el pulso; pero los grandes contribuyentes siguen siendo España, Portugal y resto de Europa. El beneficio cosechado en Europa Continental ascendió a 2.609 millones, un 16 por ciento más -hasta junio subía sólo un 11 por ciento-. En este mapa, Italia no es aún un gran mercado, aunque el grupo ve oportunidades de hacer negocio. El Santander mantiene todas las opciones abiertas en el país, salvo la de lanzar una opa al SanPaolo aunque no le gusta el canje accionarial propuesto en su fusión con Intesa. Sin detenerse en regiones, la clave del resultado es la política obsesiva de contener gastos e impulsar los ingresos (el crédito subió un 18 por ciento y los recursos, el 9).