madrid. Conservas Calvo no se vende. La familia Calvo, propietaria del 77,8 por ciento del gigante conservero, había encargado al banco de negocios Nmás1 que gestionara las ofertas que pudiera haber por el grupo. La firma tenía ya elaborado el cuaderno de ventas y estaba a punto de traspasarlo a los fondos de capital riesgo que se habían interesado -Advent, Apax, 3i y CVC, entre otras-, además de a las empresas gallegas Jealsa, la dueña de Rianxeira, y Alfageme, la propietaria de Miau. La venta de Calvo había despertado incluso el apetito comprador del gigante tailandés Thai Union, líder mundial del sector, tal y como avanzó elEconomista el pasado 11 de octubre.El papel de la XuntaLa Xunta, que se había puesto a trabajar para intentar que Calvo siguiera en manos gallegas y estaba perfilando ya las primeras ayudas, vuelve ahora a respirar tranquila. "La decisión de Calvo nos permite contemplar un futuro más positivo y esperanzador para el sector y para los intereses empresariales, de empleo y de riqueza de la comunidad", aseguró ayer el presidente gallego, Emilio Pérez Touriño, nada más conocer la noticia.Sindicatos y partidos políticos se apresuraron en felicitar a la conservera y le animaron a mantener los planes de expansión industrial tanto en Europa como en Latinoamérica. Cuatro miembros de la tercera generación de la familia Calvo se incorporarán al Consejo de Administración del grupo. Aunque Ramón Calvo, ajeno a la familia, seguirá como director general, Manuel Calvo García-Benavides ha sido designado nuevo consejero delegado. Calvo, que alcanzó el año pasado unas ventas de 320 millones de euros, es líder tanto en España como en Sudamérica. Además de sus plantas de Carballo y Esteiro en la provincia de La Coruña, tiene también instalaciones industriales en Venezuela, El Salvador y Brasil. El proceso de internacionalización ha permitido a la compañía garantizarse el abastecimiento de materia prima, uno de los mayores problemas con los que se encuentra el sector.ImporteAunque no se había fijado un importe todavía para la venta -ni siquiera se habían presentado formalmente las ofertas- en el sector se aseguraba que el precio de Calvo se situaría entre 250 y 350 millones de euros. La familia Calvo ha preferido ahora renunciar a ese importe a cambio de seguir en el accionariado.