La presidenta fue recibida entre gritos de protesta de los trabajadores de PanricoMADRID. "No se pueden poner barreras para impedir que las empresas se marchen de España. Una barrera de salida es lo mismo que una barrera de entrada". La presidenda de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, no tiene ninguna duda sobre el modelo económico que quiere para su región: la liberalización por encima de todo. "Los empresarios saben mejor que nadie dónde y cómo tienen que producir y no se debe intervenir en ello", aseguró ayer durante la celebración del congreso de Aecoc en la capital de España.Frente a lo que hacen otras comunidades autónomas, como Cataluña, partidaria de intentar impedir a toda cosa la deslocalización empresarial, Aguirre defendió que su política ha convertido a Madrid en una de las regiones más dinámicas de Europa. "El paro se ha reducido en unos años del 20 al 6 por ciento y estamos creciendo ya a un ritmo del 4,2 por ciento, por encima de la media española y europea", sentenció.La flor y nata alimentariaLas palabras de Aguirre fueron recibidas con sonrisas de complicidad por la flor y nata de la industria de la alimentación y el comercio. Allí estaban todos: los presidentes de Carrefour, Alcampo, Mercadona, Eroski, Coca-Cola, Campofrío, Pescanova, Sos Cúetara, Leche Pascual y un largo etcétera. El momento más incómodo se vivió a la entrada, cuando tras la llegada de Aguirre, tuvieron que escuchar las protestas de un grupo de trabajadores de Panrico, que en huelga de hambre desde septiembre por los planes de reestructuración de la compañía, recibieron con gritos de protesta a la élite empresarial. "Yo todo me lo tomo de forma positiva", ironizaba entre sonrisas el consejero delegado del grupo, Joan Cornudella. Nadie le siguió la gracia y el propietario de los Donuts pasó pronto a un segundo plano. En la sala del Palacio de Congresos, Don Sodesquist, ex vicepresidente de Wal-Mart, explicaba la impresionante trayectoria del grupo, número uno de la distribución mundial con más de 6.300 tiendas y casi dos millones de empleados. "Dicen que si fuera un país ocuparía el puesto 24 en el ranking mundial por PIB", comentaba admirado un directivo de una empresa española de distribución. En ese momento, el responsable de comunicación de una aceitera recibía un SMS: "¿Os habéis enterado de la última? El PSOE ha nombrado candidato a la alcaldía a Miguel Sebastián". "Pues Gallardón duerme hoy más tranquilo", comentaba entre risas su director general. Y vuelta a la sala. Marcos de Quinto, presidente de Coca-Cola, recibe una de las mayores ovaciones. "Desconozco la fórmula de nuestro producto. Yo lo que vendo son emociones", asegura.