Iberdrola confirmó ayer su interés por desprenderse de los 2.000 MW de centrales de ciclo combinado que la compañía mantiene en Reino Unido, tal y como adelantó elEconomista. La operación fue recibida con entusiasmo por los analistas que consideran de manera general que la venta va en línea con la estrategia marcada por la compañía de desprenderse de los negocios de generación convencional para enfocarse en redes y renovables (incluida la hidráulica), como destacaban ayer en sus análisis JBCM, Goldman Sachs o Ahorro Corporación. JP Morgan, por su parte, no se mostró sorprendida por la operación pero consideró que la valoración de los activos puede estar más cerca de los 900 millones de euros si sólo se desprende de los ciclos combinados que de la horquilla manejada en principio para la operación de entre 1.500 y 2.000 millones. Royal Bank of Canadá, por su parte, aprecia una incertidumbre en la venta ya que Macquarie ha puesto en el mercado otros 2.100 MW de ciclos combinados en el país, lo que puede saturarlo y recuerda la venta que realizó Centrica de 2.300 MW por apenas 360 millones, una cifra notablemente baja. BPI, por su parte, considera que una acuerdo valorado entre 1.500 y 2.000 millones estaría en línea con las valoraciones que la entidad tiene para este negocio liberalizado que rondan los 1.800 millones de euros. Haitong cifra todo el negocio no regulado de la compañía en cerca de 2.600 millones de euros, lo que incluiría no sólo los ciclos combinados, sino también las plantas hidráulicas y los clientes pero la operación que hay planteada en principio sólo incluye las centrales de gas. Por el momento, Iberdrola no ha recibido todavía ofertas pero lejos de si la valoración está más cerca de los 1.000 millones que de los 1.500 o 2.000 millones, la estrategia por la que ha apostado la eléctrica resulta adecuada para los inversores. De hecho, parece algo más que probable que esta misma línea la acaben adoptando algunas empresas en España donde los ciclos combinados apenas tienen horas de funcionamiento .