Suecia estudia también un préstamo millonario para reflotar Volvo y Saabnueva york. Tras muchos dimes y diretes, el presidente del Comité de Servicios financieros del Congreso norteamericano, Barney Frank, informó ayer que los legisladores y la administración Bush alcanzaron un acuerdo sobre el plan de rescate de las tres grandes automovilísticas de Detroit, que podría convertirse en ley antes de que termine la semana. La medida ofrecerá a General Motors (GM), Ford y Chrysler un total de 15.000 millones de dólares (11.800 millones de euros) en préstamos para ayudarles a sobrevivir hasta el próximo mes de marzo. Aún así, algunos medios de comunicación apuntaban que la ayuda podría alcanzar los 17.000 millones. La portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, informó que el Congreso y el presidente Bush lograron un acuerdo en "los principios básicos" del rescate, después de que los legisladores estuvieran reunidos durante todo el fin de semana elaborando un plan. El Senado volvió ayer al trabajo, mientras que la portavoz de la mayoría democrata en la Cámara Baja planea someter a votación el plan durante la semana. De momento, se desconoce si finalmente se exigirá la salida de Rick Wagoner, consejero delegado de GM, como condición para el rescate o si se creará una comisión que supervise la distribución del dinero. Por otro lado, el sindicato de trabajadores del automóvil UAW, por sus siglas en inglés, dio a conocer sus intenciones de tomar parte en el accionariado de GM y conseguir un asiento en el consejo de administración de la compañía. El futuro de Volvo y Saab Mientras, Suecia ultima también la concesión de un préstamo millonario con condiciones muy ventajosas para los fabricantes de vehículos Volvo Cars y Saab, según informó el diario Dagens Industri. Aunque el monto total del préstamo no se conoce, una fuente señaló al diario que se trataría de varios miles de millones de coronas suecas. El Banco de Inversiones Europeo también está dispuesto a conceder préstamos a corto plazo a Volvo Cars y Saab, pro- piedad respectivamente de las multinacionales estadounidenses Ford y General Motors, que hace unos días se mostraron dispuestas a deshacerse de sus filiales suecas. El Gobierno discute además con el consorcio de vehículos pesados Volvo, Volvo Cars, Saab y Scania la creación de una empresa mixta, en la que el Estado sería el principal accionista, destinada a la investigación y el desarrollo. Esta nueva empresa recibiría la partida de 450 millones de coronas (43 millones de euros) destinada para ese apartado en la industria del motor en los presupuestos públicos de 2009, confirmaron varias fuentes al diario. La ministra sueca de Industria, Maud Olofsson, vinculó hace unos días las ayudas públicas del gobierno a Volvo Cars y a Saab a la decisión que adopten sobre las mismas Ford y General Motors. El Gobierno sueco ha descartado ya varias veces la opción de comprar estas firmas automovilísticas, que son dos de las principales compañías suecas. Más al sur, en Italia, la situación tampoco es mucho más halagüeña. El fabricante transalpino de automóviles Fiat dijo ayer que es demasiado pequeño para sobrevivir en solitario, lo que puso de relieve las perspectivas de fusiones en una industria golpeada por la crisis económica Sólo quedarán seis El consejero delegado de Fiat, Sergio Marchionne, manifestó durante el pasado fin de semana que tras la actual crisis que afecta al sector automovilístico sólo quedarían seis grandes compañías. Marchionne declaró que una de ellas estaría en Estados Unidos. En una entrevista publicada el lunes en la web Automotive News, el consejero delegado de la compañía italiana aseguró que sul grupo italiano tiene que participar en el proceso de consolidación que se pondrá en marcha para mantenerse con vida.