Nueva York. La inesperada muerte de Kenneth Lay, ex fundador y consejero delegado de Enron, parece haber convencido a un juez federal para retirar los 10 cargos de fraude, conspiración y falso testimonio a entidades bancarias que pesaban sobre el ejecutivo en dos casos distintos. Mediante esta decisión, el Gobierno de Estados Unidos lo tendrá mucho más difícil para cobrar la multa económica de 43,5 millones de dólares que se impuso a Lay antes de su muerte. Desde su fallecimiento el pasado 5 julio en su casa de Aspen a causa de una complicación cardiaca, sus abogados intentaron limpiar la memoria de su cliente e invocaron una decisión judicial de 2004 tomada por el 5º Juzgado del Circuito de Apelaciones de EE.UU que permite la retirada de todos los cargos contra un inculpado fallecido que no ha tenido la oportunidad de apelar antes de su muerte. Finalmente, el juez Sim Lake, encargado del caso Enron, tuvo que dar su brazo a torcer ya que según sus declaraciones no existe "ninguna razón legal que impida la aplicación de esta regulación".