madrid. Los máximos órganos ejecutivos, los consejos de administración de los bancos Sanpaolo IMI y Banca Intesa dijeron ayer que sí, que quieren fusionar las entidades que dirigen. Pero el resultado general de las reuniones mantenidas no oculta que en una de ellas, la del Sanpaolo, hubo varias voces discordantes, las de los representantes del grupo español Santander, que se mostró en contra de la operación, fundamentalmente porque no considera equitativo el canje de acciones acordado, según diversos portavoces citados por Efe. Al otro lado de la negociación, en Milán, donde se celebraba el Consejo de Administración de Banca Intesa, uno de sus miembros, Francesco Arcucci, confirmó que la fusión con el Sanpaolo había sido "aprobada por unanimidad" y en un clima "muy positivo". En Turín, donde tiene su sede el Sanpaolo, no consiguieron que la fumata fuera absolutamente blanca. "Los españoles han votado en contra, aún reconociendo que era un buen acuerdo", declaró Renato Ruggero, asesor del Sanpaolo IMI. Y se extrañarán. El Santander lleva tantos años trabajando por y para el Sanpaolo (desde 1995) con el objetivo más o menos oculto, según la presión que ejerciese el Ejecutivo italiano, de hacerse algún día con el control de la entidad, que ver la idea esfumarse definitivamente no es motivo de alegría. Los italianos, que no tuvieron problema en llegar a un acuerdo de control con el Santander para que éste gestionase de facto el banco sin despertar las iras de los protectores del italianismo de sus empresas, no han dudado en tender la mano a sus paisanos para crear un banco blindado. ¿Contra qué? ¿Empresas extranjeras? Lo cierto es que el principal accionista tras la fusión será la francesa Crédit Agricole con el 9,1 por ciento del capital. Pero escuchen la musicalidad de los accionistas que vienen detrás y sumen sus participaciones: Compagnia Sanpaolo (7 por ciento), Generali (4,9 por ciento) y Fondazione Cariplo (4,7 por ciento). Efectivamente, son italianas. El Santander se haría con el 4,2 por ciento de la entidad resultante.El también español BBVA tuvo que desistir de su intención de hacerse con la BNL en Italia, país que fuese por las presiones desde Bruselas o no, aceptaba meses después que la BNL pasase a manos de la francesa BNP Paribas.Se une que, al margen de la amarga sensación de ver cerrarse una puerta, el Santander, que posee el 8,6 por ciento de capital del Sanpaolo, no estaba del todo convencido con la fusión, debido a que no estimaba muy beneficiosa la ecuación de canje de acciones. Para el español, ese canje no refleja el valor del Sanpaolo. Los consejos de administración de Intesa y Sanpaolo IMI aprobaron el pasado agosto el proyecto de fusión con una ecuación de cambio de 3,115 nuevas acciones del primero por una del segundo. El día despuésUna vez se cierre la operación, la unión del Sanpaolo y Banca Intesa dará como resultado una entidad con una capitalización bursátil de 65.000 millones, más de 13 millones de clientes y una cuota de mercado del 20 por ciento.Crédit Agricole, que tiene actualmente el 17,8 por ciento del Intesa, está haciendo un impresionante ejercicio de diplomacia, apoyando sin reservas la fusión mientras las informaciones hablan de un pacto de intercambio de sucursales tras la operación.