El inversor en deuda española gana un 3,15 por ciento desde el mes de marzo, mientras las dudas en torno al futuro de Donald Trump al frente de la Casa Blanca y la corrupción en Brasil provocan que el mercado dirija la mirada hacia los 10.377 puntos del Ibex 35 Los índices occidentales han reducido la velocidad y podrían, incluso, hacer una parada técnica. Desde marzo Wall Street, sugería Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG, "se ha dedicado a consolidar (con una caída del 0,5 por ciento para el S&P), frente a una bolsa europea que decidió tomar el relevo (y sube un 5,8 por ciento) hasta esta semana". Al tiempo que los inversores americanos se plantean si es sólo humo la política fiscal y el gasto público anunciados por Donald Trump, la corrupción en Brasil ha impactado de lleno en la bolsa española -dicho país representa el 10 por ciento de las ventas de las cotizadas del Ibex-. Pero, pese a los recortes sufridos el miércoles y el jueves, el Ibex remontó el viernes y cerró la semana con una caída del 0,6 por ciento, hasta los 10.835,4 puntos. Desde el punto de vista técnico, la tendencia de fondo sigue siendo claramente alcista, según recuerda Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, el portal de inversión de elEconomista. Toda fase alcista sufre consolidaciones, añade, y éstas deben aprovecharse para comprar. En el caso del Ibex, la zona de compra se sitúa en el 10.377 -hasta donde tiene una caída superior al 4 por ciento-, el nivel previo a la primera vuelta de las presidenciales galas. El Cac 40 francés cerró la semana siendo el índice europeo más penalizado, con un recorte del 1,5 por ciento, mientras que en Wall Street la caída llegó hasta el 0,4 por ciento en el caso del S&P 500 (a media sesión). La volatilidad ha vuelto al mercado. El Vix se disparó más del 46 por ciento el jueves, la octava mayor subida de su historia, y parecida reacción vivió Europa. Lo llamativo es que la renta fija y la variable, que venían correlacionándose en los últimos meses, han roto su paralelismo. El bono español a 10 años genera ganancias del 3,12 por ciento desde los mínimos (en precio) de marzo, cuando su rentabilidad se situaba en el 1,906 por ciento. Las compras en deuda la han llevado a caer hasta el 1,562 por ciento. Esta misma semana el papel español a diez años reportó un 0,46 por ciento de rentabilidad, y el Bund alemán, otro 0,22 por ciento, haciendo uso de su característica de activo refugio. Las mayores compras en deuda hacen pensar que los inversores están buscando un techo bajo el que cobijarse y es que, mientras el mundo miraba a Donald Trump, Brasil sorprendió con la pérdida del crédito político de su nuevo presidente, Michel Temer, que era la imagen de la regeneración política tras Lula da Silva y Dilma Rousseff. El Bovespa se desplomó un 9 por ciento el jueves, su mayor caída desde 2008, y se llevó por delante a buena parte de las grandes del Ibex con una elevada exposición a la región. Mapfre retrocedió un 5,5 por ciento en la semana, Santander, otro 3,2 por ciento y Telefónica se dejó un 1,1 por ciento afectadas, sobre todo, por la debilidad de la divisa. El real brasileño acumula cinco días de caída frente al euro en los que se ha dejado casi un 7 por ciento (hasta los 0,2729 euros al cambio) que tiene que ver, en parte, con la fortaleza de la moneda única. Las dudas en EEUU y la menor incertidumbre política en Europa han llevado al euro a protagonizar su semana más alcista desde febrero de 2016. Se ha apreciado más de un 2,4 por ciento, lo que le ha llevado a rozar el nivel de los 1,12 dólares, niveles de octubre del año pasado, recuperando todo lo perdido tras las elecciones americanas (ver páginas 52 y 53 de Economía). La semana también fue alcista para el crudo Brent, de referencia en Europa, que se revalorizó un 5,6 por ciento -no se veía algo similar desde diciembre del año pasado- y logró situarse en los 53,68 dólares el barril.