Tras acordar recientemente la compra de 3.000 torres en territorio francés, se espera que la compañía con la sexta mejor recomendación del mercado español obtenga más de la mitad de sus ingresos fuera de España a partir del año 2018 Por Javier G. CascoC uando el interés del bono español a 10 años tocó sus mínimos históricos a finales de septiembre, el mercado se rompió en dos pedazos: uno, copado por entidades financieras, que celebró las especulaciones sobre el tapering y subidas de tipos con alzas de doble dígito, y otro, de firmas endeudadas, que se vieron golpeadas por la amenaza de un engorde de sus gastos financieros. Los inversores relegaron a Cellnex al segundo grupo, por su apalancamiende 4,6 veces en 2016, y deshicieron posiciones hasta provocar que la compañía se desconectara del rally alcista del Ibex: desde comienzos de octubre cae un 0,2 por ciento, frente al 17 por ciento que se anota el selectivo español. Las perspectivas de analistas e inversores han dado un vuelco desde entonces. Además de ser uno de los valores del Ibex 35 en verde en el año -rebota un 4 por ciento-, el porcentaje de analistas que aconseja tomar posiciones en la compañía asciende al 72 por ciento, el nivel más alto de su historia. Gracias a ello, la filial de Abertis ha escalado hasta la sexta posición de La Liga Ibex de elEconomista -ver página 15-. Los analistas aplauden sus planes de crecimiento y estiman que el castigo por la vía del endeudamiento será leve. Como destacan desde Banco Sabadell, "teniendo en cuenta que sus ingresos están ligados a la inflación (con costes planos), un incremento de los tipos de 300 puntos básicos, tendrían un impacto positivo de 21 millones de euros en el ebitda". Y además, apuntan que "el 96 por ciento de su deuda es a tipo fijo", por lo que tan solo afectará en el caso de que la compañía acuda al mercado a refinanciar deuda. Una opción que, de momento, parece lejana, ya que, según Bloomberg, Cellnex no afronta vencimientos de deuda hasta 2022. Planes de crecimiento La otra pata sobre la que descansa la recomendación de compra de Cellnex son sus planes de expansión, que han convencido a los analistas de que su actual PER (veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción) de 41 veces está justificado. No en vano, el consenso de analistas espera que su ebitda [beneficio bruto] se eleve un 64,3 por ciento en el trienio, hasta los 393 millones de euros en 2019. Buena parte de esta expansión se prevé que se realice fuera de España, hasta el punto de que desde la propia compañía esperan que su negocio más allá de nuestras fronteras aporte más del 50 por ciento de sus ingresos a finales del próximo año. Una estimación reforzada después de que la compañía anunciase a comienzos de febrero la compra a Bouygues de 3.000 torres en Francia. Una operación que convence a inversores y analistas. Los primeros han tomado posiciones en Cellnex, hasta impulsarla un 4,6 por ciento desde entonces -el doble que el Ibex, que sube un 2,5 por ciento- y los segundos, entre los que se sitúan los analistas de Banco Santander, bendicen la operación al señalar que el margen bruto de las torres adquiridas en el 55 por ciento -frente al 35,7 por ciento al que cerró el grupo el año 2016-. Además, desde la entidad añaden que, teniendo en cuenta que elevarán el beneficio bruto en 61 millones de euros al año, "el acuerdo [por 854 millones de euros] implica una valoración de 14 veces su ebitda, muy por debajo de las 20 veces pagadas por American Tower en su desembarco en Francia con la compra de FPS Towers". No se prevé más deuda Desde el Santander también señalan que, por la forma en la que se realizará el desembolso, la adquisición no comprometerá su situación financiera. El primer tramo de la compra implicará un desembolso de 500 millones de euros entre 2017 y 2018 por hacerse con el control de 1.800 torres, mientras que el segundo establece que Bouygues construirá 1.200 nuevas torres que posteriormente venderá a Cellnex. "El calendario del acuerdo reduce la presión sobre su balance, ya que el trasvase de activos se realizará en linea con su generación de caja". De hecho, el consenso de analistas recogido por FactSet prevé que su deuda neta descienda un 14,5 por ciento hasta 2019, cuando se prevé que ronde los 1.290 millones de euros -3,3 veces su ebitda-. Parte de la responsabilidad de esta previsión de recorte de deuda recae sobre el cambio en la política de retribución al accionista que anunció durante su presentación de resultados, en la cual desliga la evolución de su dividendo de la evolución del flujo de caja -antes repartía el 20 por ciento del flujo de caja apalancado-. A partir de ahora, la compañía se compromete a un crecimiento del dividendo por acción del 10 por ciento anual, algo que según indican en Jefferies, "situará su dividendo de 2017, por debajo de las estimaciones de los analistas".