Sin Popular, las principales entidades logran un resultado de 3.602 millones en nuestro paísLas provisiones para los topes hipotecarios mermaron una quinta parte de los beneficiosLa gran banca, sin tener en cuenta el Popular, impulsó el año pasado sus resultados por la operativa en España, a pesar del contratiempo de las provisiones para cláusulas suelo y el impacto de los tipos en negativo. Las cinco principales entidades (CaixaBank, BBVA, Santander, Sabadell y Bankia) elevaron un 6,6 por ciento sus ganancias por su actividad en España, gracias al recorte de las dotaciones para créditos como consecuencia de la recuperación de la economía. En conjunto, obtuvieron un beneficio de 3.602 millones de euros. Las cuentas hubieran sido significativamente más elevadas de no haber sido por las dotaciones que han tenido que realizar para cubrir en parte las devoluciones del dinero cobrado de más a los clientes por los topes hipotecarios. Las cuatro entidades afectadas -Santander no aplicó esta cláusula- cargaron contra los resultados del ejercicio pasado 989 millones, que han restado, por tanto, un 21 por ciento las ganancias. Si se incluye al Popular, la sexta mayor entidad española, los beneficios de la gran banca apenas se sitúan en 117 millones de euros, es decir, un 97 por ciento menos que en 2015. El Popular llevó cabo un saneamiento extraordinario del balance muy por encima de lo esperado antes de la llegada de su nuevo presidente, lo que provocó pérdidas históricas de casi 3.500 millones. El aumento de las ganancias del sector obedece exclusivamente a la caída de las dotaciones para riesgos crediticios, ya que tanto los ingresos se recortaron debido al recorte de los tipos de interés, la menor actividad, la volatilidad de los mercados y las reservas que han tenido que acumular algunas entidades para costear los expedientes de regulación de empleo para mejorar su eficiencia operativa en el corto y medio plazo. Los principales banqueros sostienen que 2017 se comportará de una manera similar, aunque esperan una reducción de los márgenes. En el cuarto trimestre las entidades han percibido un efecto menor del euribor negativo. Prevén que el impacto vaya moderándose y que a partir de 2018 se produzca una recuperación de los ingresos ante las expectativas de un cambio en la política monetaria del BCE, que se traduciría en la retirada de estímulos y una subida de tipos oficiales. Esta visión también es compartida por el socio responsable del sector financiero de la consultora KPMG, Francisco Uría, que sostiene que el presente ejercicio estará lleno de desafíos. Las entidades "deberán seguir haciendo frente a un entorno de bajos tipos de interés, aumento de la competencia no bancaria, transformación digital y litigiosidad por productos financieros comercializados en el pasado". Desafíos En este sentido, no se descarta que algunas entidades tuvieran que afrontar más provisiones para cubrir las devoluciones por cláusulas suelo, ya que solo han cubierto en torno a la mitad del riesgo (BBVA y CaixaBank). Asimismo, los tribunales podrían empezar a generalizar las condenas por los gastos de formalización de las hipotecas, por ejemplo. Algunos juzgados ya han exigido el reparto de estos costes. En 2016, con un euribor en negativo, las seis principales entidades han visto reducir sus márgenes de intereses. Solo el Sabadell -sin incluir el británico TSB- logró incrementar esta rúbrica, gracias a unos menores costes de financiación tanto en el mercado mayorista de deuda como en su clientela a través de los depósitos. Además, el grupo catalán contó con dos palancas adicionales: una subida del stock de préstamos y un coste menor por la retirada de suelos hipotecarios. El Sabadell, a diferencia del resto, no ha eliminado los topes hipotecarios a todos sus clientes. BBVA lo hizo en 2013 como consecuencia de una sentencia del Supremo. El Popular, tras una condena de este tribunal, siguió sus pasos en 2016. Y Bankia y CaixaBank, decidieron suprimir estas cláusulas en 2015 ante las expectativas de un fallo desfavorable por parte de la Justicia. El grupo que preside Josep Oliu defiende a capa y espada la legalidad de sus suelos, aunque ha negociado con buena parte de sus clientes -en torno a la mitad de los afectados- para sustituir los tipos variables con cláusula por tipos fijos, con lo que ha amortiguado el golpe en los márgenes. Los ingresos por comisiones de las grandes entidades también sufrieron por la incertidumbre de los mercados como consecuencia de la inestabilidad política desatada el ejercicio pasado, que redujo la operativa en fondos de inversión en términos generales y en créditos sindicados. Pese a ello, el Sabadell y el Santander consiguieron elevar esta partida. El grupo cántabro se apoyó en la cuenta 1,2,3, su libreta estrella, que exige una vinculación de los clientes y por tanto la contratación de más productos. Bankia, aunque ha logrado aumentar la relación comercial con los usuarios y ha mejorado su imagen, es la entidad que más recorta la facturación por comisiones, por contra, debido a la eliminación de las tarifas sus mejores clientes. Los bancos, como en los peores años de la crisis, no han podido compensar la caída de los ingresos ordinarios (margen de intereses más comisiones) con operaciones financieras de deuda debido a la situación de tipos bajos. Uría indica que las entidades padecieron una "brusca caída" del ROF, que ahondó el retroceso del margen bruto. Caída del crédito La incertidumbre política en la que se desenvolvió el año pasado perjudicó los intereses de la banca, que vio cómo sus expectivas de aumentar la cartera crediticia se desvanecieron. Es más, algunas entidades -como CaixaBank- han alejado las previsiones de subida del stock en nuestro país por parte del sector hasta 2018. La demanda de financiación, principalmente de las medianas y grandes compañías, ha sido muy inferior a lo presupuestado a inicios de 2016. La nueva concesión, que en el conjunto del sistema descendió un 14 por ciento, no contrarrestó las amortizaciones de deuda, sobre todo, en el segmento hipotecario. En las seis principales entidades, salvo en el Sabadell, la cartera baja hasta casi un 4 por ciento.