La Comisión Europea da carpetazo al caso Autostrade tras dos años de instrucción estérilbruselas. El Ejecutivo comunitario dio ayer muestra de cuán limitado es su poder. Dio carpetazo al expediente Abertis-Autostrade cuando ya nadie se acordaba del caso, y cuando el proteccionismo del Estado italiano ya se había salido con la suya. Ni siquiera hubo premio de consolación para el libre mercado. Roma escapa impune. La empresa española Abertis intentó engullir a su homóloga italiana Autostrade -posteriormente rebautizada como Atlantia- para crear un gigante internacional de la gestión de concesiones de autopistas. El anterior Gobierno italiano, encabezado por el supuestamente europeista y antiguo presidente de la Comisión Europea Romano Prodi, se opuso a la operación y en el verano de 2006 la zancadilleó alterando el marco legal y financiero del sector. Investigación doble e inútil Bruselas puso en marcha una investigación doble. Por un lado maniobró el liberal irlandés Charlie McCreevy, comisario europeo de Mercado Interior. Y por otro, la liberal holandesa Neelie Kroes, comisaria europea de Competencia. Roma accedió a modificar sus modificaciones tal y como le exigía Bruselas. Pero se lo tomó con tanta calma que la suma de la demora más la incertidumbre provocaron que Abertis tirara la toalla. La Comisión Europea anunció ayer el cierre del procedimiento de infracción contra Italia por restringir la libre circulación de capitales y la libertad de establecimiento; dos de los pilares del mercado único europeo. Bruselas se da por satisfecha con los cambios en la legislación finalmente introducidos por Roma en abril de 2008. Quizás sirva para prevenir nuevos casos Autostrade, pero no para pagar los platos rotos.