Este año 2017, la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje (FER) cumple 35 años de vida. Desde su origen, se han dado muchos pasos, pero siguen estando pendientes muchos desafíos para alcanzar la economía circular y conseguir que el sector español del reciclaje sea viable. ¿Puede hacer un balance de los 35 años de actividad de FER? Quizá lo más notable es haber acompañado el salto de gigante que ha experimentado el sector de la gestión de residuos, tanto en el ámbito de la cualificación profesional de sus trabajadores, como en el desarrollo tecnológico que a lo largo de este tiempo se ha implantado. Hoy hablamos de un sector que se ha convertido en una gran industria, tan grande y tan relevante que será crucial para el nuevo modelo de economía circular que pretende implantar la Comisión Europea (CE). FER, principal representante de los gestores de residuos en España, fue pionera en detectar que la recuperación y el reciclaje, correctamente gestionados bajo una iniciativa empresarial, no sólo iba a convertirse en un motor de crecimiento económico del país, sino también en una garantía para su desarrollo sostenible. Pero no todo ha sido un camino de rosas. Algunos problemas de entonces parecen haberse enquistado o, peor aún, agravado. Los últimos 12 años ha estado al frente de FER, ¿cuáles han sido sus mayores logros? Quizá el mayor es haber sabido rodearme de un equipo humano sensacional, que ha dado al sector la visibilidad que realmente merece por el trabajo fundamental que desarrolla para toda la sociedad. Entre todos hemos conseguido que FER sea hoy un actor protagonista en las decisiones en el ámbito legislativo, en el Estado y en las autonomías, que afectan a nuestro sector. Hemos logrado que nuestra presencia se extienda a Europa a través de la vicepresidencia que ocupo en la patronal europea de los recicladores de chatarras férricas (EFR) y, todavía más importante, la de nuestra directora general, Alicia García-Franco, en la Confederación Europea de Industrias del Reciclaje (EuRIC). ¿Cuáles son sus mayores retos? Desgraciadamente, cogimos el testigo del grave problema de las campas ilegales, ejemplo de competencia desleal e intrusismo y que ponen en serio riesgo la viabilidad de muchas empresas, y a fecha de hoy no hemos sabido o podido solucionarlo. Otra asignatura pendiente es lograr una simplificación administrativa que acabe de una vez con las enormes cargas burocráticas que padece el sector. En ambos problemas necesitamos urgentemente la implicación de las Administraciones Públicas y el eco de los medios de comunicación, para que la ciudadanía pueda conocer nuestros problemas, que son también los suyos, porque repercuten directamente en la capacidad de esta industria de convertir residuos en recursos. ¿Qué frenos impiden avanzar al sector español del reciclaje y condicionan su rentabilidad? Principalmente las cargas burocráticas y la competencia desleal, más el factor energético: en España nuestra industria no puede competir con las europeas por el desorbitado precio de la luz, un coste fijo considerable que lastra su rentabilidad. Y ahora que estamos inmersos en el Paquete de Economía Circular puesto en marcha por la CE han surgido otras cuestiones que ponen en serio riesgo los objetivos fijados para 2030. Los vaivenes marcados por los precios del mercado de materias vírgenes arrastran consigo al de las materias primas secundarias, las que proceden del reciclaje. Además, ambas no compiten en igualdad de condiciones, por lo que necesitamos una serie de factores correctores del mercado que tengan en cuenta, por ejemplo, la reducción de emisiones contaminantes del uso de materias primas secundarias sobre las vírgenes.