El auditor pone pegas a las cuentas del gigante gallego de las conservasmadrid. La familia Calvo, propietaria del 77,8 por ciento del gigante conservero del mismo nombre, ha puesto a la venta la empresa. Nmás1, la firma de inversión que está gestionando la operación, se ha puesto ya en contacto con varias firmas de capital riesgo para buscar posibles compradores. Su objetivo es que paguen entre 250 y 350 millones de euros. Lo primero que tendrían que saber los interesados es, sin embargo, que la compañía sobrevaloró el año pasado el valor de sus filiales en el extranjero. Evolución desfavorableDeloitte, la firma que se ha encargado de auditar sus cuentas, señala que la sociedad participa mayoritariamente en el capital de varias empresas en el extranjero y advierte que "dada la evolución experimentada por las monedas de los países en los que se encuentran domiciliadas, así como la evolución desfavorable de los resultados de algunas de ellas, el valor teórico contable de dichas participaciones es inferior al importe por el que figuran registradas en las cuentas anuales".Provisiones adicionalesSegún el auditor, ante esta situación, lo primero que tiene que hacer Conservas Calvo es una provisión adicional por importe de 2,15 millones de euros aproximadamente, "en cobertura de las disminuciones patrimoniales experimentadas por dichas participadas, antes de considerar su efecto fiscal". La empresa declinó ayer ningún comentario al respecto. Calvo, que alcanzó el año pasado el año pasado unas ventas de 319,2 millones de euros, arrastra fuertes pérdidas en la mayoría de sus filiales en el extranjero. Es el caso, por ejemplo, de la italiana Nostromo, que perdió 2,1 millones de euros en 2005, de la de El Salvador, con un resultado negativo de 5,7 millones o de la de Marruecos, que perdió casi medio millón de euros. A pesar de ello, Calvo cuenta con una marca muy reconocida y una fuerte presencia internacional. La compra en 2005 de la brasileña Gomes da Costa, la mayor conservera de Sudamérica, le permitió convertirse en la quinta empresa del sector en todo el mundo. Actualmente, además de sus plantas de Carballo y Esteiro en la provincia de La Coruña, tiene también instalaciones industriales en Venezuela, El Salvador y Brasil. Gracias al proceso de internacionalización, Conservas Calvo ha logrado garantizarse el abastecimiento de materia prima, uno de los mayores problemas con los que se encuentra el sector.