La constructora mantiene en el consejo de Cimic al directivo que infringió la leyEl Tribunal Federal australiano ha condenado a la filial de ACS, Hochtief, por un delito de información privilegiada, según reveló el organismo supervisor del mercado de aquel país, Asic. Se trata de la primera multa de este tipo que se impone a una compañía extranjera. El órgano judicial ha resuelto imponer una multa de 400.000 dólares australianos (283.000 euros) más las costas a la filial de ACS, lo que supone una elevada cantidad para la legislación del país, que apenas marca una pena máxima de un millón de dólares australianos. La compañía tendrá que hacer frente también a los 50.000 dólares de coste de la investigación de la CNMV australiana y, además, realizará una “donación” de 103.400 dólares tanto a la Asociación de pequeños accionistas australiana como a First National Foundation, destinada a la educación financiera, para repartir los beneficios conseguidos por esta operación irregular. El juez Wigley asegura que “la multa debe suponer un mensaje lo suficientemente fuerte para compañías como Hochtief que tienen operaciones en Australia, para que se aseguren de que establecen los necesarios sistemas de protección”. La comisionada de Asic, el regulador australiano, Cathie Armour, destacó que las compañías deben ser conscientes de los riesgos de que los ejecutivos ocupen cargos en distintas empresas e hizo un llamamiento a la importancia del acceso por igual a la información. La operación irregular se produjo en enero de 2014 cuando, según los documentos, Hochtief contaba con dos miembros en el consejo de administración de Leighton Holdings, Peter Sassenfeld y David Robinson. La compañía preparó un procedimiento para crear las llamadas murallas chinas y evitar el cruce de información entre ejecutivos y con otros responsables de Hochtief, así como con su bróker JP Morgan, pero los sistemas no funcionaron. David Robinson mandó un correo a Peter Sassenfeld (director financiero de Hochtief) el 20 de noviembre de 2013 con un plan para comprar 4,8 millones de acciones de Leigthon en enero. Hochtief comenzó a comprar títulos de Leighton el 20 de enero y tres días después, Robinson, sugirió en un correo que el periodo para comprar títulos de la empresa se ampliara hasta el 14 de febrero, por retrasos en la llegada de los fondos y el bajo volumen de trading. El ejecutivo incluso tuvo que asegurar al responsable de garantías del grupo en Alemania que “no estaba en posesión de ninguna información sensible en materia de precios”, un extremo que la ASIC demostró que no era cierto. La reunión del consejo de Hochtief Australia aprobó el 27 de enero ampliar el plazo para comprar títulos, lo que se produjo de forma efectiva el 3 de febrero. En opinión de la CNMV australiana, Hochtief contravino la normativa, ya que los dos ejecutivos contaban con información privilegiada de Leigthon. Según la CNMV australiana, Robinson y Sassenfeld conocían desde el 14 de enero que Leigthon iba a cumplir con el objetivo de beneficio neto después de impuestos, tras una reunión del comité de auditoría de la compañía. La constructora alemana compró 358.165 acciones de Leighton el 28 de enero y 1,27 millones de títulos entre el 29 de enero y el 3 de febrero. Los títulos de Leighton subieron un 4,9 por ciento el 20 de febrero tras conocerse los resultados, lo que hubiese encarecido notablemente la operación de ACS. La CNMV australiana asegura que “si la información hubiese estado al alcance de todos, cualquier persona razonable hubiese podido esperar que tuviera un efecto material en los precios de la cotización ordinaria de Leigthton”. El pasado 3 de marzo, la Corte australiana celebró una vista preliminar en la que se acordó fijar una audiencia para el 12 de abril, que fue retrasada hasta en dos ocasiones. ACS sustituyó, tras tomar el control, a la dirección de Leighton con ejecutivos españoles y le cambió de nombre para rebautizarla como Cimic. La constructora aplicó el rodillo en su última junta, cuando decidió renovar como consejero a David Robinson, uno de los implicados en el caso de información privilegiada que acaba de condenar el Tribunal Federal de Australia. CGI Glass Lewis, una de las principales agencias de recomendación de voto para los fondos, incluyó entre sus consejos rechazar la reelección de Robinson, pero ACS, que controla más del 70 por ciento del capital, respaldó la reelección. Peter Sassenfeld, también relacionado con el proceso, permanece también en el consejo de la filial australiana, junto con Marcelino Fernández Verdes y R. L. Chenu, K. I. Ferguson, T. Gerber, Pedro López Jiménez y J. L. del Valle, así como en el de Hochtief.