El principal buscador de Internet mejora sus algoritmos y servicios, aunque ello le reporte críticas y más de una multa de instituciones como la Comisión Europea. La última de ellas, el pasado verano, por supuesto abuso de posición dominante. Ken Walker, vicepresidente sénior de la compañía, respondió entonces a esas acusaciones con que ellos sólo intentan “conectar a los usuarios directamente a los empresarios que venden estos productos”. Esas inversiones en inteligencia artificial son las que le han permitido, como ejemplo reciente, desarrollar un sistema de lectura de labios más fiable que el humano. Este año, Google también ha modificado el reparto de ganancias de las aplicaciones de la Play Store. Hasta ahora, se quedaba con el 30 por ciento de los beneficios, mientras que el restante 70 por ciento iba a manos de los desarrolladores. A partir de ahora, la firma renuncia a la mitad de sus ingresos y cederá el 85 por ciento a los desarrolladores.