Al echar la vista atrás y repasar todo lo acontecido en el sector de los fabricantes de dispositivos en este 2016, hay un hecho que ha acaparado sin duda el mayor número de titulares. Esta vez, el protagonista ha sido el Note 7, cuyos problemas con las baterías llevaba a Samsung a reconocer que esta crisis le provocará unas pérdidas de 4.900 millones de euros. La firma surcoreana estima que esta situación se prolongará hasta el primer trimestre del próximo año. También ha anunciado que en el futuro “planea normalizar su negocio de móviles mediante la expansión de las ventas de modelos emblemáticos como el Galaxy S7 y el Galaxy S7 edge”. La noticia saltó en plena feria IFA de Berlín, el mayor evento europeo del sector de la tecnología de Europa. Más allá de este hecho, los terminales lanzados durante este año seguían mejorando prestaciones, en el caso de Apple y Samsung, incorporando resistencia al agua en sus dispositivos. Sorprende que esto llegue justo cuando Sony, que fue pionera en este campo, esté abandonando esa especificación en sus productos dirigidos a la gama media. La casa japonesa, que renovó su línea premium con el Xperia XZ, tiene sus motivos: a la hora de adquirir un nuevo dispositivo, los consumidores valoran principalmente la cámara, la batería y el diseño. Que sea acuático o no se encuentra en el noveno puesto en la decisión de compra y es algo que, no hay que olvidar, encarece mucho el producto. Infinitas posibilidades La consolidación de nuevos y potentes actores en el mercado de móviles, como Huawei o Lenovo-Motorola (una misma compañía pero que no renuncia a la clásica marca) también nos habla de la fragmentación de un mercado que mira al futuro explorando infinitas posibilidades. La última de ellas es la propuesta anunciada por Richard Yu, consejero delegado del Grupo de Negocio de Consumo de Huawei, en una conferencia en su país. Según él, la inteligencia artificial marcará el futuro de estos dispositivos y también la forma en que interactuamos con él. A su juicio, el móvil dejará de ser algo pasivo para ampliar nuestros propios límites y superar a los cinco sentidos del hombre. Según Yu, a medida que la tecnología se personaliza, la red de información vive un crecimiento exponencial. Explica que “el resultado de todo ello es una abrumadora sobrecarga de datos que acaba por perder todo valor, porque es imposible interpretarla. Tenemos que hallar una nueva solución que baste para gestionar y utilizar dicha información. Esa solución es la inteligencia artificial (IA)”. Yu afirma que Huawei se está preparando para el superphone en cuatro áreas fundamentales: dispositivo, conectividad, nube y chipset. Los sensores de voz, oído, gusto y tacto del dispositivo y de varias tecnologías robóticas se combinarán con la IA para tener una percepción real del mundo.