Los operadores alternativos no tendrán más remedio que "invertir para competir" madrid. Telefónica pudo respirar ayer de alivio tras conocer que disfrutaría de plena libertad para comercializar sus servicios de más de 30 megas en España. Lo cierto es que la operadora no estaba ayer para alegrías, tras caer en bolsa el 9,10 por ciento por la crisis de los mercados, pero al menos la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) despejó gran parte de las incertidumbres que rodean a la regulación de la súper banda ancha. Lo que ahora importan son las velocidades de acceso sin tener en cuenta la tecnología que soporta los servicios, ya sea de cobre o de fibra. A grandes rasgos, el regulador de las telecomunicaciones defiende que las ofertas superiores a los 30 megas se consideran servicios novedosos e innovadores y que, como tales, no tienen que someterse a ninguna disciplina normativa, en sintonía con las recomendaciones de la Comisión Europea. El consejo del organismo independiente aprobó el pasado jueves su propuesta de regulación de la fibra óptica, que en las próximas horas enviará a Bruselas, así como a la Comisión Nacional de Competencia, el Gobierno y a los diferentes operadores. En su texto destaca la desregulación absoluta para las conexiones de alta capacidad. Al mismo tiempo que la comisión levanta la mano en cuanto a las exigencias para los accesos de más de 30 megas, el regulador las mantiene en las conexiones iguales o inferiores. En adelante, las exigencias normativas impuestas a Telefónica en cuestiones de banda ancha fija serán mínimas en aquellos emplazamientos en los que la compañía tenga competencia de algún operador de cable y de, al menos, dos operadores alternativos. En aquellas poblaciones en la que Telefónica no compita directamente con el cable, bastará con que existan tres alternativos para que la regulación de servicios mayoristas se suavice de forma considerable. Basta con que existan "precios razonables" y sin que estén orientados a costes. El texto de la CMT tendrá plena fuerza legal a partir del próximo diciembre, una vez que la comisión reciba y pondere las sugerencias de los sectores consultados. Todos ellos disponen de un mes para elaborar sus comentarios y alegaciones. La CMT también obliga a Telefónica a compartir sus canalizaciones y mantener la regulación sobre el bucle de abonado, "con el fin de incentivar la competencia en redes y, a su vez, garantizar las inversiones llevadas a cabo hasta ahora por los distintos operadores". Asimismo, advierte de que Telefónica no puede modificar la estructura de su red de cobre sin autorización del regulador y la comunicación previa a sus competidores.