Cuando Antonio Pérez fundó Panaria -panaderías con sala de cafetería- en 2009, lo hizo con la idea de que el modelo de negocio fuese autónomo y escalable. Cuatro años más tarde, alcanzó las 100 tiendas y se asoció con el fondo de capital H.I.G., de donde surgió lo que hoy se conoce como Compañía del Trópico. Desde entonces, Pérez dirige la empresa, que a día de hoy agrupa a Café & Té, Café & Tapas, Panaria y Charlotte Gastrobar. Con una facturación de 75 millones en lo que va de año, el grupo emplea a 1.658 personas -contando con los franquiciados- y tiene 267 establecimientos, entre los que se encuentran las enseñas. ¿Cómo surge la idea de crear el primer local de Panaria en 2009? Desde que empecé, tuve claro que quería configurar un grupo grande, con un modelo moderno de gestión, buenos profesionales y con calidad alimentaria. Siempre intenté que el sistema fuese autónomo y escalable y creo que ese fue uno de los éxitos que tuve como emprendedor. Esto tiene varias consecuencias. En primer lugar, no se puede personalizar la gestión, ya que antes o después se necesitarán socios y, en segundo lugar, se tiene que dotar al negocio de una estructura basada en procedimientos claros. Eso fue lo que yo hice: reinvertir los beneficios en ir creciendo con más puntos de venta. En 2013 me asocié con H.I.G. e hicimos una sociedad conjunta para comprar Café & Té. Así surge Compañía del Trópico y, hoy en día, casi dos años y medio después, estamos contentos y tenemos unos resultados muy satisfactorios. ¿Así surge su nombramiento? Sí. En ese momento yo era el consejero delegado de Panaria y cuando nos juntamos con H.I.G., cada uno tenía su visión. En mi caso, conozco el sector y tengo que hacerlo crecer, mientras que ellos gestionan todo lo relacionado con el capital y la estructura financiera. A partir de ahí es fácil entenderse. ¿En qué ha consistido el plan estratégico de la compañía? Cuando compramos Café & Té y Café & Tapas, el objetivo en primer lugar era reconvertir los centros, ya que tenían una buena ubicación, pero estaban muy deteriorados, por lo que la experiencia de compra se había esfumado. En segundo lugar, estandarizar la propuesta de valor, es decir, hacer común en todos los Café & Té las mismas recetas, carta, marcas de productos y fabricantes. Y por último, dotar a la compañía de una cultura corporativa común. ¿Ha influido de algún modo el hecho de que todo este proceso se haya hecho paralelo a la crisis? Sí. Por ejemplo, me hubiese sido imposible hacer algo similar a Panaria antes de la crisis, porque un local en el centro de Valencia me costaba 12.000 euros y a partir de 2008 me costó 4.000 euros. Por otra parte, ¿cómo nota la restauración en España? Percibo el sector con un reto apasionante por delante: crear grupos de españoles más grandes y potentes. No puede ser que Compañía del Trópico, con 230 establecimientos y 60 millones de facturación propia, seamos uno de los grandes grupos españoles. Partimos de un sector atomizado, con mucho empresario profeta en su tierra, poco dado a compartir propiedad, y con un sentimiento individualista, que configura la personalidad ibérica. ¿Cuáles son los retos de la compañía de cara al futuro? Seguir consolidando la red de centros propios, crecer en número de franquiciados y continuar con la mejora de Café & Té y Café & Tapas. Paralelamente, tenemos un ojo en el mercado para aprovechar operaciones de compra o de fusión.