La alemana busca evitar la mala imagen de los transgénicos en EuropaLa compañía alemana Bayer sabía que tras la compra de la multinacional Monsanto adquiría también un problema de imagen: el de la mala reputación que aún tiene el concepto de transgénico en Europa, algo sin embargo superado desde hace años en EEUU, lugar de origen de la compañía adquirida. Para solucionarlo, la empresa inventora de la aspirina está estudiando la opción de borrar la marca Monsanto tras completar la adquisión. Así lo aseguraba ayer la agencia Bloomberg, citando fuentes de la propia Bayer. Estas fuentes aseguran que no se ha tomado aún ninguna decisión en firme, pero todavía hay tiempo: dado el escrutinio de los reguladores a la operación, es probable que no se cierre hasta finales de 2017. Una de las posibilidades sería comercializar los productos de Monsanto bajo la marca Bayer Crop-Science- su división de agricultura química- para preservar su privilegiada posición como farmacéutica con mejor reputación del mundo. En una entrevista la semana pasado, el consejero delegado de Monsanto, Hugh Grant, aseguró estar dispuesto a cambiar: “He sido muy flexible, la clave está menos en el nombre y más en el desarrollo de productos”. Su homólogo en Bayer, Werner Baumann, ha defendido también que hay una oportunidad para que ambas “vayan más allá de esta cuesión de imagen y reputación” apoyándose en la confianza que inspira Bayer. Mientras, la farmacéutica aseguró ayer al mercado que la compra de Monsanto hará incrementar de forma “sustancial” los márgenes de su división de cultivos. Bayer prevé un incremento de ventas en todas las divisiones del grupo, especialmente las de su negocio farmacéutico, que estima que crecerá un 6 por ciento a finales de 2018. La firma espera un crecimiento del 30 por ciento en el beneficio bruto de explotación de su negocio de semillas al tercer año del cierre de la operación.