GNF también presentó ayer los resultados del primer trimestre, en el que ingresó 329 millones, un 3,4 por ciento menos. Le impactaron la caída de precios de los hidrocarburos, las suaves temperaturas en el hemisferio norte -que redujeron la demanda de energía-, la devaluación de las monedas en Latinoamérica y algunas actividades no recurrentes. El resultado bruto operativo (ebitda) llegó a 1.216 millones, un 9,9 por ciento menos. Las redes, sobre todo de gas, sumaron el 58 por ciento de unos ingresos que en un 69 por ciento están regulados. España, con un resultado similar al del trimestre anterior, representó el 56,8 por ciento del total, ejerciendo de soporte, porque en el extranjero cayó un 20,2 por ciento, impactado por los tipos de cambio, que le restaron 52 millones. Este efecto de los tipos de cambio, remarcó Rafael Villaseca, el consejero delegado, debería diluirse en los próximos meses, según se vayan actualizando las tarifas que cobra por sus servicios a las diferentes tasas de inflación. Haciendo los cálculos en las monedas locales, todas las actividades crecieron durante el período. Las inversiones materiales ascendieron a 266 millones, un 6,4 por ciento más, centrándose en la distribución de gas y electricidad en España. La inversión neta -con actividades financieras- cayó un 9,7 por ciento, hasta 257 millones. La deuda neta se redujo un 8,7 por ciento y se situó en 15.817 millones de euros. Villaseca destacó que los resultados muestran que la compañía es “fuertemente resiliente” al duro entorno internacional y se mostró convencido de que mejorarán en los próximos meses.