Las joyas modernistas de Barcelona se siguen reciclando como establecimientos de lujo Todas las ciudades sienten orgullo por su arquitectura, pero pocas lo sienten tanto, y con tantas razones, como Barcelona. En la capital catalana florecieron, en las primeras décadas del siglo XX dos escuelas arquitectónicas únicas por su originalidad, el modernismo y el novecentismo. Sus obras engrandecen la imagen de la ciudad, y nada hay más natural que preservarlas dándoles un destino que proyecte esa imagen a través de los visitantes extranjeros: convertirlos en hoteles de lujo, en algunas de las mejores ubicaciones.Un claro precedente de esta tendencia es el hotel Casa Fuster (www.hotelcasafuster.com), joya modernista de Lluis Domènech i Muntaner situada en el número 138 del Paseo de Gracia, a la que ahora imitan en boato arquitectónico otros muchos proyectos. Cruzando la Diagonal, en los números 38 y 40 del Paseo de Gracia, donde estaba años atrás la sede del Banco Santander, abrirá sus puertas el año próximo el Mandarin Oriental, primer hotel en España de esta cadena (www.mandarinoriental.com), que aspira a ser el más lujoso de Barcelona. La familia Reig, que adquirió el inmueble hace tres años -y al que ha añadido el contiguo 36-, tiene prevista una inversión de 72 millones de euros, que recuperará gracias a un contrato de alquiler por 20 años. Contará con 144 habitaciones, 52 de ellas suites, y entretanto se negocia con el chef francés Alain Ducasse para que abra un restaurante bajo su firma.Otra finca catalogada como patrimonio arquitectónico es el edificio que albergó la empresa Tabacos de Filipinas, en las Ramblas, que ha recuperado su esplendor de antaño gracias a la rama hotelera de la constructora Nuñez i Navarro (www.nnhotels.com). El resultado es un hotel de lujo, cuyo nombre, H1898, evoca la pérdida de aquella posesión colonial. La restauración de las partes nobles del inmueble -entre ellas, el despacho que fue del poeta Jaime Gil de Biedma- ha sido muy prolija; cuando el deterioro de los ambientes era excesivo, se han reproducido con exactitud fotográfica. Las dos habitaciones de más empaque gozan de impresionantes terrazas panorámicas sobre la ciudad. También sobre la Rambla se han iniciado los trabajos para remodelar el edificio coloquialmente conocido como El Regulador, junto al Palacio de la Virreina, en el que ha funcionado una joyería desde 1839. Se confía en inaugurar en el inmueble, antes de 2008, el hotel Bagués, de cinco estrellas y con sólo 32 habitaciones de lujo, cuya gestión estará a cargo de la cadena Derby, dueña, entre otros, de los hoteles Claris y Granados 83. En el interior del establecimiento se instalará el museo de joyas del artista modernista Lluis Masriera, antepasado de la familia propietaria.La sede de 'La Vanguardia'También a la escuela modernista corresponde la centenaria sede del diario La Vanguardia, en la calle Pelayo, obra del arquitecto Josep Majó Ribas y construida en 1903. Tras el traslado del periódico y acabadas las obras necesarias, este año se ha inaugurado ahí el hotel Catalonia Ramblas (www.hoteles-catalonia.com), de cuatro estrellas y con 221 habitaciones, varias salas de reuniones con capacidad máxima para 700 personas, piscina y una zona ajardinada en el centro de la manzana. Y se encuentra a sólo cien metros de Plaza de Cataluña.Una finca singular por otras razones, en el número 1 de la avenida del Tibidabo -uno de los escenarios de la novela La sombra del viento-, acogerá a principios de 2007 un cinco estrellas de 15 suites. El hotel Abac, asociado con el aclamado restaurante del mismo nombre, que funciona actualmente frente a la estación de Francia, contará con un nuevo pabellón, pero conservará la rica vegetación de su jardín privado. La propiedad ha decidido que el hotel llevará la enseña Relais & Chateaux.