Con los mercados revueltos, las gestoras de pensiones españolas se encuentran limitadas a la hora de buscar alternativas más o menos rentables y no muy arriesgadas para engrosar sus carteras, lo que ha provocado que muchas de ellas hayan optado por destinar ese dinero a liquidez, según se desprende del Barómetro de las Pensiones Privadas en España. Actualmente, estos profesionales destinan, de media, un 10,5 por ciento de su patrimonio a efectivo, “el dato máximo desde que se realiza la encuesta”, asegura José Manuel Vicente Casadevall, socio de Kessler & Casadevall Asesoramiento Financiero. De hecho, éste explica que el porcentaje es, incluso, más elevado que el del año 2012, a pesar de que “fue el más complicado de volatilidad”, y tres puntos más alto que la vez anterior, cuando el mismo número de profesionales solo dedicaba a ello el 7,6 por ciento de su cartera. Franz Wenzel, estratega Jefe de AXA Investment Managers, cree que esta decisión está motivada tanto por el desplome de las bolsas como por las bajas expectativas de ganar con la renta fija a partir de ahora. “En primer lugar, el ciclo de beneficios global está empezando a darse la vuelta, con las ganancias de los EEUU a la cabeza. Ya el año pasado sus beneficios cayeron en torno al 7 por ciento, en contra de una tasa de crecimiento de casi dos dígitos a principios de 2015. Fue una gran decepción. De ahora en adelante el panorama no es mucho mejor. Esperamos otra caída en 2016 a menos que los precios de la energía vuelvan a estar por debajo de 50 o 60 dólares”, explica. Este movimiento hacia el conocido como cash is king en tiempos de incertidumbre no es novedad, ya que durante el trimestre anterior se observó la misma tendencia; eso sí, en menor medida (con incrementos de un punto porcentual). Además, suele asociarse a periodos de incertidumbre en el mercado, si bien por falta de visibilidad en los rendimientos futuros o bien por el incremento de la percepción de riesgo. “Los activos tradicionales de perfil conservador, como la renta fija, ofrecen poco potencial a cambio de un riesgo mayor, mientras los de perfil más agresivo, como la renta variable, están sufriendo el efecto de la incertidumbre económica con tasas de volatilidad crecientes. Es normal que en este contexto se incremente la posición de liquidez de las carteras hasta que o bien se gane visibilidad en los retornos o se reduzca la volatilidad del mercado”, justifica Víctor de la Morena, de Amundi.